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A. CAMPIÓN i39 III Un nuevo incidente desvió el curso de la con– versación. - Guzirako llega-dijo á media voz Elosegi;- alootrae; se menea muy ufano; y tan tarde..... 0 AproximóseGuzirako á la mesa de los "perros sabios,,,distribuyendo afectuosos apretones de ma– no á la redonda. - -Ola, hombre! -Ongi etorri, Bautista; que no venía usted pen- sábamos. -Aquí estábamos los súbditos, afligido~ por no ver al amo. Guzirako contestaba con una sonrisa á cada una de las frases que le dirigían. -Por favor, retire usted unos cuantos kilos de carne- dijo, procurando sentarse junto á Elosegi, á quien propinó tres ó cuatro palmaditas en los mus- ·Jos.- Qué jamones, Tomash, qué jamones! Después de sentarse, gritó:~A ver! Tres ó cuatro mozos acudieron con la solicitud y apresuramientoque merecía el empresario del Gran Casino. ·-Una botella de servesa, marca Rheingold, München. -Con estos fríos y tan caliente anda?-pregun– tó Elosegi;-ni yo mismo tengo sed. -.. ·Usted no ha corrido como yo de la seca á la meca.Caso más raro! Un cliente mío se me ha pre– sentao en casa pidiéndome protecsión. Es una fa– miliaque vendió su caserío al marqués de Castro– Elvira y se viene á vivir á la calle. El suegro del casero, un viejo, estuvo enfermo días pasaos; la fa– miliacuenta que estaba mucho mejor; el caso es