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138 LA BELLA EASO al cual debía muchos favores, y lo hicieron maris– cal de campo. Dicta?ª los oficios al escribiente, así: - "Excmo. Sr.: Habiendo llegado,,;"llegado,,,repetía el amanuense.-"Cuánt as palabras vr.n?,,-le pre– guntaba el general.- "Cuatro.,,-"Ponga ustedpun– to y coma; "y no encontrando al cobarde enemioo "migo,,-añadía el sargento .-"Y ahora, cuá~t;~ van? ,,-E l escribiente contestaba:'' Migeneral.diez,. Éste le mandaba muy serio, dándose importancia por su gran sabiduría:-" Ponga punto final;,. Un soldado de francos, en la guerra civil de los siete años, se pronunció el 43, era comandante el 48, le– vantó una facción republicana, se batió, unido á los carlistas, contra las tropas de Isabel II, y emigró á Francia con los rebeldes el 49. En 1860 era tenien– te coronel; se quejó á un brigadier que el coronel del regimiento le hacía mandar el ejercicio, lo igno– raba, á su edad no podía.aprender la táctica y se hallaba decidido á pedir el retiro. El 67 se volvió á sublevar y emigró de corone l.La revolución le nom– bró capitán general de varios distritos. Dijo á los oficiales de un batallón de cazadores: "Los pillos que andan ·por la montaña los conozco; iban·conmi– go en 1848.,, Aludía á los republicanos. Vistiendo de general, yendo en coche, para llamar á un ami– go suyo dió un silbido metiéndose los dedos en la boca. Mandando una columna, si se desherraba un caballo, exclamaba:-" Me ca..... en la Caballería!,, Si rodaba un mulo:-"Me ca..... en la Artillería!,, y si veía á los carlistas, gritaba:-"Que avancen los cazadores de m..... (Mérida),,. Los "perros sabios,,, que hacían esfuerzos por no reírse desde el relato de la dicta, estallaron. Pomés interrump ió su parlería y tras unos segundos de si– lencio dijo con amargura, echando chispas: - Ustedes se ríen..... A mí me da grima!