BCC00R49-5-16-1700000000000000410
Á. CAMPIÓN 135 he de ofender; en el percher:o de la antesala dejo el uniforme.Pensamos lo mismo, lo mismo, absoluta– mentelo mism_o. ¡Debería de haber oficiales volun– tariosde sobra, así, así!- y movía los dedos de las manosy los apiñaba;-¡sorteos para no ir! Aquella es una ouerra traidora, inicua, infame, una guerra contraZobardesprotegidos por un clima filibustero, cierto,ciertísimo..... pero yo no soy .un crítico de café;la hice, y volu;itariamente, ¡vo·ro á Cristo! El espíritumilitar se evapora. Mi egregia amiga Emilia Pardo Bazán disparó unas cuantas verdades en Josdías de la Exposición de París: que la vida pro– vincianade guarnición ejerce funestísimo influjo so– bre los oficiales;que aborrecen su profesión; que no se ponen el uniforme; que se dejan crecer el pe– lo y la barba; que crían panza y se casan y se car– gande hijos; que sólo se acuerdan de la nobilísima carrera de las armas el día que tocan á cobrar, cuandocae del cielo, mal ganado, el garbanzo mal– dito. La maravillosa escritora abriga el convenci– mientode.que el Ejército, en un trance crítico, de ningúnapuro nos sacaría. Ojalá se equivoque! Los oficialesse enfadaron, la echaron por la tremenda, dieron mil disgustos. No entendieron que ciertos ultrajes no nacen del odio, sino del amor, herido por el mismo ser objeto de la adoración. Yo estuve de parte de Emilia, yo que soy militar hasta los tuétanos,hijo y nieto de militares! La crítica bien in– tencionadaes deagradecer siempre .Necesitamosq ue un moderno Marcos de Isaba escriba otro Cuerpo enfermode la Milicia española. Digo que decae el espíritumilitar... lo raro es cómo no ha desapareci– do por completo. Otro cualquier ejército de raza menos militar y guerrera que la nuestra se hubie– se disuelto como un azucarillo echado en un orinal. Las revoluciones, las guerras civiles, el pandillaje, el favoritismo le sometieron á un régimen que Je
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz