BCC00R49-5-16-1700000000000000410

132 LA BELLAEASO - Total, que le obligó á habitar en Jayápolis donde obtuvo un empleíllo del Ayuntamiento. Cá~ tate que á los dos ó tres años murió en Méjico un hermano de la Ambroshi, nombrándola heredera de una cuantiosísima fortuna. D. Víctor, desenga– ñado, renunció á las églogas. Es persona excelente - y Barkaiztegi bajó la voz, adopt ando el tonocon– fidencial;-un poco vano , un poco farolón. Dicen que aspira á ser alcalde de la ciudad, pinchado por las hijas, quienes habiéndose educado en un cole– gio famoso del extranjero y contando muchas con– discípulas en las filas de la grandeza, aspiran á ha– cer figura, á bailar en el corro ultra chic del Casi– no, á recibir el homenaje del zaguanete de alabar– deros-así llaman á un grupito de grandes de Es– paña, jóvenes que se juegan los ojos en la ruleta y buscan suegros millonarios en la minería bilbaína. -Hasta ahora no ha tenido suerte; conoció aquí al famoso Montilla y le siguió en su disidencia; ha sol– tado muchos miles de duros para periódicos, pro– pagandas y elecciones; á raíz de la muerte de Cá– novas se pensó que Montilla reingresaría en la ca– sa paterna. D. Víctor ·se hace nombrar concejal en todas las elecciones; ya que no alcalde, es regidor perpetuo y alcalde disponible para cuando se en– cole la rotura montillista. Dicen que la caída de los liberales coincidirá con la reconciliación, y que en– tre las muchas exigencias de Montilla se cuenta la alca,ldíade J ayápolis. -Es curioso, es curioso todo esto-dijo el gene– ral Pomés; - y el mote de la señora? - Voy á ello. D.ª Ambrosía sigue siendo la Am– broshi que vendía huevos y leche en el mercado. Mujer excelente, pero señora detestab!e. No ha ha– bido forma de meterle en la cabeza ninguna de las fruslerías de la vida elegante ni de afinarle los mo– dales. A la pobre le tienen prohibido hablar. La tal

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz