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130 l:.ABELLAEASO kaiztegi;- le auguro muchos disgustos. Reúnetodos los requisitos para darlos y recibirlos muv gordos· juventud, vehemencia de carácter, ideas ·radicales· vertidas en un medio hostil ó inaclecuRdo,posició~ independiente que convida á prescindir de mira– mientos. Figúrese usted! Recibe además una in– fluencia maléfica, peligrosa: la de Pepe Bustamante. - Quién es ése? El apellido no es de los que usan ustedes ..... Forastero? . -Le diré á usted: hijo de un ingeniero civil que se casó en el país con una señorita de Arrupe, muy guapa y muy rica. Bustamant e padre era un gran– dísimo perdido·, y Bustamante hijo, otro que tal.Se arruinaron. El Pepito Bustamante bajó hasta el arro– yo; estuvo complicado en una causa por falsifica– _ción de billetes. Es un borrachete, un genio agriado por la enfermedad, la miseria y la mala nota públi– ca. Pero de un talento y una conversación! Sabe al dedillo toda la historia vieja de Easo y la exorna · con detalles de su procaz inventiva; su lengua causa más daño que una epidemia. Luisito Alzaga y Bus– tamante se encontraron en alguna sidrería de los al– rededores y el culebrón se atrajo al inocente paja– rillo. El pesimismo del uno encaja perrectamente dentro del idealismo del otro, y en las polémicas periodísticas que aquél sostiene asoman las viejas historias..... -Me hago cargo de ello. Alzaga, por servir á su idea y apabullar á sus adversarios; sacia los renco– res del apuntador. - -Perfectamente. A Luisito le da por decir las cosas en crudo; presume de ser un carácter inacce– sib le, una voluntad diamantina que cump le su de– ber. Ello es que se está gan:::ndo muchas antipa– tías..... Y no las merece! es bueno, generoso..... Co– noce usted á sus hernrnn.:is? -No recuerdo .....