BCC00R49-5-16-1700000000000000410

PRÓLOGO XV su larga vida, y que todos conocemos, es un círculo modestísimo en mobiliario y en recursos , al cual no concurren precisamente los favorecidos de la fortu– na. En él se han celebrado mil veces funciones ani– madísimas y alegres, que jamás han revestido el carácter libre y báquico de la descrita en la Alai– tasuna. El autor ha trasladado á Jayápolis acontecimien– tos ocurridos, salvo diferencias más ó menos sensi- . bles, en otras poblaciones vascas próximas á Gui– púzcoa, y lo ha hecho sin génern de duda con el fin de dar al cuadro mayor tonalidad, colorido más vi– goroso y un interés tal que en ningún momento decaiga. El asalto á un casino vasco debió verificarse, si mal no recuerdo, en Bilbao. En aquella villa existió también un centro de recreo sostenido por una bue– na parte de la juventud bilbaína más rica, y del cual se habló muchísimo; quizás Campión lo haya teni– do presente al concebir y dar forma á su Alaitasuna. Omito citar escenas de menor relieve, tomadas seguramente de acá y de allá y endosadas también á Jayápolis por las razones artísticas y literarias expuestas. Ello es que tales adaptaciones contribuyen á ha– cer de La Bella Easo una obra en la que se acu– mulan novedades de tal relieve, que el libro, una vez empezado, no se deja de la mano. He indicado ya y lo repetiré más adelante, cre– yendo estar en lo cierto, que Campión no emite opinión personal alguna. Deja hablará sus persona– jes, describe y refiere, pero sin hacer comentarios, de los cuales queda encargado el lector reflexivo. Sin embargo, por los diálogos de la novela, por

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz