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A. CAMPIÓN 89 _ y vuelvo á mi cuento; es decir, á mi historia. El pobre Cañizares cayó en cama. Una de esas se– ñoras de la Conferencia de San Vicente de Paúl, que se meten en casas ajenas, por afán de mangoneo y mantener al pueblo en la ignorancia; una de esas, dioo,lo supo, y entendiéndose con la arrimada de é{ de Cañizares, que era rnujer de pocos alcances, que oía misa algunos domingos, cuando él, Cafüza– res, digo. no se enteraba, porque le habría propina– do una paliza, violentando su natural que prefería siempre la persuasión, pero intransigente en cosas de curas, el pobre Cañizares se vió impensadamen– te con un jesuita delante de la cama. Cañizares es– taba en las últimas; el sanguijuela le ponderaba la piadosa pacotilla: que se lo ofreciese á Dios..... pa– tatín; que le pidiese perdón ..... patatán: "Verdad que Je pedirás perdón, hijo mío?,, Y Cañizares, que es– taba de cara á la pared, bailando las últimas flemas, se volvió, y con voz que parecía salir debajo de sie– te estados, le dijo: "Lo que le pediré son daños y perjuicios.,,El Padre sanguijuela, al oir esto, se re– mangó la sotana y salió de estampía. -¡Mofio! Buena bacineta de me le rempujó al frailote. -Si tós fuesen tan agudos no ta~darían mucho los curas en irsen á rancar cebollinos. --Bad ajo el de Caii.izares!Ni aun dentonces se le arrugó la tripera. Con estas frases y muchas carcajadas celebraron Toribio Renovales, Olegario Olargui y Facundo Macho las últimas palabras de Matías Cañizares, el palentino. Perico se esponjó por el éxito de la historieta, y lió un cigarrillo después de ofrecer tabaco á los compañeros. - Yo no lo ques- dijo Altube;-hasta que trai– gan café lo ques. Cuándo traerán?

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