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88 LA BELLAEASÓ -Rentera de algún señorón ..... - ¡Ca, hombre, ca! La dueña es burguesa; la due- ña es la propietaria del caserío. No se dejará ahor– car por unos miles de duros, si acaso. -P rop ietaria y anda así, medio desnuda, como los esclavos de Oriente! ¡Propietaria y se da esa vi– da de perros que nos refirió! Porque el trabajo su– yo es trabajo de todos los demonios. De la mañana á la noche salvajemente metida en el río; ahora, du– rante el invierno, sin abrigo recibiendo todo lo que el gran malhechor celeste apedrea sobre los infeli– ces. A propósito del de arriba, ¿sabes lo que le con– testó á un fraile mi amigo Matías Cañizares, cuando se estaba muriendo? -Cómo he de saber, hombre, si tú no dises? -Pues Matías Cañizares se puso enfermo. Era de los buenos, defensor impertérrito del derecho y la just icia; un mártir, un santo: no de los de la em– bustería católica, sino de la humanidad. Se puso en– fermo, digo: había estado mil veces en la cárcel, no por ladrón, sino por decir la verdad en los metines , y quedó alicaído . Se le oía respirar á tres varas ; es– cupía por la boca, no el alma, ¿cómo se ha de echar lo que no se tiene? ..... de estas cosas sé yo mucho, pues estudié Medicina antes de echarlo á roda r todo por la idea; escupía pedazos de pulmón esc lerosado, esputos, que vosotros llamáis gargajos, moco-puru– lentos, de color ..... - No seas cochino, Perico: estamos comiendo! -Estás comiendo, tú, solitaria ~umana; ¿qué im- porta? Cuántas veces comí yo mi pan y salchichón junto á los cadáveres sifilíticos, cuando les afeitaba la cabeza y se escapaban corriendo los..... -Cállate, gran marrano, ó te vomito encima! · - No seas baskongado, no seas bruto ! Los otros tres compañeros se rieron aproba tiva– mente.