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Á. CAMPIÓN 85 jamás con vosotras. Malditos caseríos; maldito cam– po: voy á pescar una pulmonía: hasta la rripa tengo mojada! 1 , . , . 1 . . ¡· Y el llanto, que atia, romp10con vio enc1a rn ·an- ti!. Contestaron varias carcajadas de las amigas, y Luís y Joaquín, asimismo, se rieron. En aquel mis– mo instante Tomasha y Pachika les ganaron la de– lantera: pasaron, á través de la obscuridad, con las sayas muy remangadas, brincando, cual potros mon– tañeses, por el camino convertido en fangoso arro– yuelo. II Cuando Tomasha y Francisca llegaron á su case– río les llamó la atención la luz de las habitaciones altas y las voces masculinas que allá resonaban . En la escalera se cruzaron con andre Joshepa: bajaba con una fuente que contenía restos de baca– lao y untadas de pan. -Vamos á mudarnos de ropa- dijeron las dos hermanas. - Um! qué tarde!- replicó enojada la madre.– Pobres vestidos! Tenemos gente de fuera; unos hombres de j ayápolis. Porque llovía mucho se res– guardaron aquí. Uno de ellos, que es baskongado, me pidió muy fino que les sirviese de merendar. - "Un bocadillo,,, dijeron.- Les voy sirviendo co– sas y más cosas: sopa de ajo, tortilla con patatas, bacalao á la bizkaína..... ahora están comiendo ja– món frito. ¡Buenos baúles son! Piden café y voy á preparárselo. Tú se lo servirás, Tomasha. Ponte la ropa buena de diario y cálzate para que no te ha– gan burla como á mí. Son castellanos, y hay un pe– queño que parece mandarles á todos; vaya una len– gua la suya!