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A. CAMPIÓN 77 y desasiéndose, Tomasha se volvió de espaldas, dobló hacia atrás la pierna izquierda, se dió varias sonoraszapatetas, y después de imitar el movimien– to de una coz, corrió al baile, riéndose, perseguida por la.mirada de Marchiku, hasta lo indecible em– belesado. - El caso es que no he averiguado lo que me proponía- reflexionó mientras frotaba la boina con la mangade la blusa.-Tampoco, á la hora que es, averigüési me quiere ó no. Me lleva y me trae; alar– ga la cuchara, y cuando voy á comer la retira. Otras, á media palabra mía... la Ashensi Gorotzeta , sin ir más lejos... también es guapa, pero no le llega á ésa. Dote, la de Ashensi acaso sea mayor; pero la To– mashame gusta sobre todas: sobre la Ashensi, so– bre la Luisa, sobre la Eustaquia. Cuando pienso que cualquiera de ésas -me diría que sí! pero aquélla, aquélla ... Poco he de poder, ó me lo dirá ... Digo, si no es verdad lo que oí. De nuevo la frente de Marchiku se obscureció, y ahondandoen la última idea, que era la desagrada– ble,se encaminó al corro sin observar que, planta– da en medio del camino, Pachi~a le miraba acer– carse, con placentera sonrisa. Su traje, pór la tela y la hechura, era más aldeano que el de Tomasha; el mejor alii'íose cifraba en la limpieza del vestido y cara, y sobre todo, del cuello al aire, grueso y corto. - Nohabía reparado en ti, Pachika- dijo Marchi– ku, y se detuvo parn averiguar lo que deseaba saber. Ella le miró con sus ojos garzos, grandes y sere– nos, de mirada dulcísima y melancólica, único en– canto de su rostro. -Ni siquiera notarías que había venido?- -pre– guntó, sin cesar de sonreírse, y cierto levísimo tim– bre de tristeza en la voz. - Así es la verdad. Me fljé'en la Tomasha desde el pórtico.....