BCC00R43-4-29p4d00000000000000410

-iO- siempre , agravada por el poco hábito de aseo .Y limpi eza y por lo difícil de ll evar ú la inte ligencia de esta gente el convencimiento de que la suciedad y la impureza de la s aguas que bebemos y con las que nos lavamos y co lamos las ropas, son la causa ele esta enfermedad. Se presenta . bajo tres (ormas, principalmente : una con poca fi ebre y comi enzo insidi oso, cefalalgia poco acentuada con pesadez .Y marco, ligero gast ri cismo , inapetencia , si n sed ni dolor de vie ntre, pero algo sensible y timpáni co; pasados los primeros días, con purgantes ó sin e llos, hay dialTea con deposiciones poco frcCl:entes y no fé tida s siempre; mejo ran con fncilidad en pocos días de dieta y reposo, pero recae con muc ha mayor facilidad; ésta es la antigua gástrica. Hay otm forma de fi e bre alta, cefalalgia y gmn tronza– miento y postración , con lengua húmeda y sa burrosa, do– lo r de vientre, timpanismo y diarrea fétida, petequias, su fi e hre es constante y es la que más se pa rece {i la fi ebre ti[o idea cI¡'isica ; dura por término medio de 30 á -1.0 días, se cura la mayor parte de las veces . Hay otra forma, cuya gmvedad se obse r va desde la pr i– me ra visita, empieza con esca lofrío intenso, postración y luego ad¡nancia , fiebre elevada con de liri o, pulso fr e– cuente y tenso, congesti onada y vultuosa la ca ra, len– g ua seca, tos tada , sin diarrea los pr imeros días; ni pur– gantes, ni bailos, ni sang ría al ivian á estos enrermos que r;¡ll cccn á los 5 Ó 6 día s con el antiguo cuadro de la fi ebre pútrida. De unn ma nera especial debemos trabajar en la profi– laxi s de e~tn enfermedad, apoyando todos los trabajos ¡Í {' lI a conducent es, e n la pureza de las aguas 'y en su defecto , e n In filtrac ión y he r vido; e n la limpieza y desagüe de es– c u!;ados , patios ó vertede ros de fregade ra s; des infectando e~tos lugares e n todo tiempo , per o con mucho m,i s motivo c uando se present{l. algún caso yen este caso con la decla– ra ción y dc" infección obligatoria , pues el aislami ento por lo mc nos de In casa, ya lo suele hacer el t emor ú la en– re rmedad. Apa rece con mayo r mortal idad que la fi eb re tifoidea la ga~tro -cnteJ'itis Ó diarrea y a sí sucede en la mayor parte de l:) s estadís ti ca s, pues el con tingente mayo r de la mo rta– lidad infantil lo da la diarrca, como vemos que sucede , po r e jemplo, e n ~ladrid , donde Illue ren cada ail o, po r diarrea, ce rca de l(XlO nUl OS de O ü -1 ai'IOS de edad y cn Pamplona, donde proporcionalmente es mayor la mortalidad infantil ,

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz