BCC00R43-4-29p4d00000000000000410

-45- (Oul.(]ro nUlll. 1) NATALIDAD Es/mlifl/iro de WI quin(¡/H.miu.-.Ya/alidad 1IIt'/lifl, :.!ü.s 1'0" JUOO. LE(; 11'1MOS ILEGiTIMOS ,\ ~os V ar ones IIO",1or:1$ ""rOlLes n ombrAS 'l"01·AL '''':Nl.:llAI. 1900 ,"1 110 2 • 2-jJ 1001 133 '0' 3 2 :l-12 1<J(}2 121 l lt1 " ti ZJ7 l00:i 131 121 l3 ti ~5S 100> W1 I 1 ~.:!J 1 1 21.u I 12H;, E l ad junto cuad r o estadístico de natal idad , co rrespon– diente a l qu inquenio de 1900 á 1904, nos da un promedio ele 249 nacimientos por año, que corresponden ¡í. 26,77 por I()(X) habitantes , ¡'esultando una media muy baja de natnli– ciad, aun compnranclo con la media de España que es de 3G por 1000: no nos cxpli cnmos esto , si no es, conside rando la emigración de gente moza á Ifls Amé ri cas y la inmi gra– ción de gente gastada po r e l trabaj o, vicios y enfermeda– des, que dan lugar ti matr imonios esté r iles 6 muy poco prolíficos, ésto por una pa rte y por otra conside rando que la juventud que queda no es la mejo¡' dotada como antes dijimos, y también á que los matrimonios se efectlían por contratos 6 conveniencias de las respectivas fam il ias; s ien– do por esto muy frecuentes los ma trimon ios , de edad re la– tivamente avanzada y los de edad despr oporcionada de los cont rayentes; otra causa de tan baja natal idad, ademüs de las ya dichas puede se r el matrimonio ent re co·linfát icos 6 en tre ca-artríticos; siendo dominantes estos dos tempe ra– mentos morbosos, fácil es suponer que los matrimoni os consanguí neos, que aquí abundan, sean co·enfermos¡ dicho sea de paso, los ma trimonios consangu ineos no son malos por ser así, sino que cuando uno es enfe rmo también el ot ro peligra lo sea como consangu íneo¡ de otra mane ra todos provenimos de matrimonios consanguíneos de parte de Adán y Eva pr ime ro y Noé y sus hi jos después; si no son estas las causas de tan pocos nacimientos, no hay que busca d os ni en el llfallllllsúmislIlo ni en ot ras , aquí des– conoci das para mí.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz