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Cita de leyes y fo– l ios. 14 en cJlu ú rcdamar que se scparuse nue s tra part e , dejando ú lo s <1cmús en libertad de cont inu ar en comunión , ó de pedir también qu e se les entrega se l o qu e ú e llos les to cara; y con una esc rupul o– sidad, qu e acredita que- ni pretendemos, ni queremo s, mús que lo qu<! sea ju s to, ter minúbam os pidiendo qu e el Juz gado ordenara la división co n s uje ción ú las r eg las que dejábamo s propu estas , ó ú la qu e el .Juzgado cletcnninara con arreglo al der echo y ú las leyes .– ;.Querrú <Tccrsc que aún esto mer ec ió censuras de a lguna de las pn1t cs:1- ·y s in embargo no hacíamo · ma s que cump lir un deber lc– gttl, Le11icnclo pre::;cnLe el pod e r di sc r ecio nal que la s Ley es confieren {1 los Tribunal es para <lec reLar la forma de la división dentro de la razó11 y la equ idad : sabíamos que el legislador les había dotado ele facultades para qu e , si lo j uzguban necesar io, dec r etase n la parti– eión imponiendo se rvidumbr es (púrrafo 1. º) ley 7 , título 3, lib. 10, Di g.); salJinm os que s i los circunstanc ias lo ex igía n podían atr ibuir e l todo ;'1 un co -pal'Licipe con obl igac ión ele pagar en din ero su parte al otro (pc't1Tal'<1 20) Lítuio G, libro 4, In s t.); s abíamo s que cabía ·dar á un co– muncro la nuda propi edad y al oLro el usufructo (púrrafo 10, ley 6, titul o :3, Iib . 10) Dig.); subíamos , en fin, que los Juec es goza n en tal 111¡.Jtcr in <le g rnn tatiLud, aunque recomendándoles que se atemperen en tod o Jo posible i't la utilidad d e la s partes ó ú lo s de seos de lo~ intcr csacl os (ley 2 l , t ítul o 3, lib. 10, Dig. ); y por esto reclamamo s en térmi11os alJsoluLo. · la c:esaci6n ele la comun idad, po1~quc esLe era un dcrcc:ho que no podía negúr::;cno. ; pe1·0, en cuanto ú las reglas ele J'l'.alizurse, las sometimo!-:>en definitiva (t los T rib unal es , llamado s (t i"i,jílr lns qu e la 1·azón y la ju s ti cia e:\ijan. ¿,Des co nodG <!SLüs leye s la ilu s Lrada repr ese ntación de Casca nt e~ 1\o podnnius sup onerl o; y, s in ernbu l"go, obea co mo si las ignorase, y no~ cl'itic:a pruci ·a1ncnt e cuando no h acíamos mús que atene1·nos ú ~,1~ cn~e1-1c1nzm-, .-Y nu11quc no exis tieran escr itos esos prec ept o!::> ¿no t~s cicrLo qu e mcr-cct: 1·fo p lúcemcs, y no cens ur as , el qu e hubi é– ramos llev ado nue tea clclicaclozn hasta e l punto de decir- ú los Tri– bunales; <<t~~lns :,::;on li.lS reg las que en nuestra humilde opinión p1·oe<:dc qu e :,::;e s igan ; po1·0 s i en algo fuese n e rróneas 6 ind ebida~ , l'CHTegidln~, pú t'quc Tuclcla, 110 q ui Cl'C' sino lo que sea justo?>)– V(•asc, puc~J hasta quó punt o se est ravían la s personas cuando lEk ul'usca una ca usa cua l qu icrc1; ya e l int e r és ; y a la suspicacia; orn e l np('gn <':\CCSiYo ú su cliente, ora el poco afecto ó la injusta descon– fianza de l ncl\'<Ts-nr·io. En e l cursu del pleito liemos cuidado. ele <;itai· las leyes y juci s– pnukn c:in que sir w'n de sóli<lo cimient o ú las clocl1'inas qu e procla– nwrno. ·, y Lnl nos ¡wopo 1H'mos que sea tnrnbi én ahor·a nu estra co11cluc-

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