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5 exp lica las causas qu e han hecho impl'escindiblc este litigi o ~- ayu– clRrún eficazniente ú forma r juicio exacto del mismo . La corriente individua lista) prepa r ada po i· los ftló~ofo::- y publi– cistas de los sig los XV II y XVIII, desai·ro llada por la rl'volución francesa, (cuyo influjo d e tal mod o se d t~jó se ntir en la s ck m(is N.. ,– ciones, ) y llevada ú la exagerac ión en e l siglo actua l, ha venict o hi('i endó las propiedad es comuna les, que en su mayol' parte h an desapt.u·ec ido ele Eui ·opa, hasta dejar al in divíduo so lo y aislndo en fr en te del poder absorbente del Estado. Fr accionacln, di sg r egada y como atomística la pr op iedad actual, sólo quedan r estos de las peo– pi edades comun a les, que acr editan la fuerza y arraigo de esn orga– niz ac ión soc ial) qu e se remonta ú los p e ríodos m {ts lejanos y ha res istido durante tantas ce nturia s la acción demo ledora llel ti empo y los trastornos y vaiv enes de las Socicdade ~, acred itando as í que respondía á algun a necesidad real, qu e había nlgú n prin c ipio que la vigor izaba , para perm anecer inmut abl e en med io ele las mudanza s de los pueblos. Ho y se vuelve l a vista hacin el pa sado) y escr it ores de r enombre, nacionale s y ext ranj eros , proclamnn la conven iencia ele r es taurar esa formo. de 1G pt·opicdad, qu e viene ú constit uir u11 organ ismo int er medio e ntre el Estado y el individuo. Pu es bien; los monte s de Cierzo y Arge nzón on una ele Ins po– cas propi edades comunales que han llegado hasta nosot ro s ; y s iendo esto así, co mprenderú la Sala el dolor con que hemos ten ido que venir ú pedir que cese la indiYisión. Cirrto qt1e no soli citnmos la completa extinc ión ele la com unidad, pues que solo prrtcndcmos r educ irl a ú un grado mú s pequ efio, de su erte que en vez d e se r un grupo de pue bl os quienes po sea n pro-indiviso ese te rrit orio ~qu ede cada pueblo en lib e rtad de disfrutar comunalmente su parte respe c– tiva; pero ., así y todo, sent imos sobremanc1·a que el abuso ele l os demandados h aya h echo impr esc indibl e y urgente In separac i(ln que r eclamamos . E l derech o de Tu dcla á los montes de Cierz o .Y Al'gcnzón elata de la reconquista: corría el siglo Xll cuando el esfo rzado R ey don Alonso el Batallado r gnnó á Tud e1a en el mes ele Agosto del niío 1152 de la e i·a, correspond iente al 1114 de l nncirnicn Lo de rucs lco Seii.or Jesucristo, y fres años después, en 1117, otorga ú lo. · ve<:.inos ó pobl adores ele Tu de la (folios 4 y 5 de los autos y 80 y 8t del apunta– mi ento impr eso) los buen os fue ros de Sobrarbe; y en tr e otros pri – Yileg ios y derechos le s conce de los rnontrs de su nlr edcélo r, h ac iendo menci ón especia l de los de Cierz(J (It(en cnnccd() po¡1ulalnril1 s i 11. rut ela montes in, ci rtuytu ejusdem, Vcll'rlc n,a, Aln 1úz1·a et monte rlc Cierzo); y Dlgun os t11ios n:ús tul'clc, en 1127, confi rnrn y pcrJwlt'u.l Historia del asunto.

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