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23 con solo anunciada, es pr eciso ret rocede r en el camino de la cliYi– :-ión. J?leito anterior. Cuando la Ciudad ele Corellá pus o en el mio mil ocho cient os cincuenta y nu eYe su demanda, rruc. <'('Só por declara ción ele cadu cidad de la instancia, pidiendo la diY is ió11 de los monte s de Cierzo y Argcnzón, inYocó, corno ahora: s iendo dcmn11da– dn por Tudela, el amojonami ento de los aüos cuarenta y sei~ y cuar enta y siete ; pero si bi en Tudela en tonces lo accptcí como hn eno es de notar se, no so lo, e.orno ya lo hemos indi cado [lt'riha nl t1·ascl'i– bir pas agcs de los coUligant es, que tocln la dise nsión Yer·sc'> pt'inci– palrnente sobre la demarca ción ele los mont es ú pe. nr ele aquel amojonamiento ó lo r1ue fuera, sino la res ist encia que ú (,¡ op us ier on uclemús de Fit ero, los Ayuntamiento de Cnscantc, Cinln1 6ni go , Monteagudo y l\1urchantc que litigaban unido s . Ellos dijeron : «que el amojonamiento que se hizo en mil ocho– cientos crnwentn y se is y cuar enta. y siete ele los mont es <le Cierzo y Argcnzón, no fué con obj eto ele <livir1irlos 6 partir·los, ·sino parn nsel'igune l os perjuicios que causaban ú los congoznntcs !ns pl [rntn– ciones verificadas poe algunos pueblos, y no tcnúm lo~ Comisiunn– clos todos los conocimientos que necesitaban poen p1·nl'liear el amojonami ento, corno así cons ta del acta ele diez y ocho ele ~In ro ele mil och oc i ent os cuarenta y se is, que por cop ia se i.1COmpaünha.>> Ellos miaclicron, acentuando lwsta d radi calismo sus op ini ones <.;Ontl'a aquella. operación; <<Que el amoj onnmienlo dúl aün mil oeho– cic11tos cuar cnt:1 y ~eis y cuaecnla y s iclc, es nu lo por· fnlt n de pncl<'L' <le la Comisión clü·cdn que lo ejecutó, y ele ningún Ynlo1" Jcgn l, po t'– <Jue es ta determinó cues tiones ele dc•1·c.'cho, c1u·c•ció rk los antcco– rlentcs necesarios y pr .><.;clió con mnnifiesta inju :;ticia, como de– muest ran su s co ntr oclicto1·ins decisiones.)) Brill ant e y concluyent e man era ele destruir la mnl adop l ad0 lJas(' <le partic.ión . Ahoea bien; cuando esto se clccín, había ya r c'eaido suh 1·c el amnjonamiento ú que .·e ecficl'C',la nprobación ele la r:orrorac; ió u foral y proYincial; cuauc1oesto c;c decía, el nnwjonarn icn Io c'1·n In misma Jabor , exact.í~i 111~1mentc ln rni--;mrt lnbo 1·que Jo es hor, ro11 :sus propio.~ defectos, c:on sus propias clcfic:.ie1wins, inc ornpt~1<'n<·ias y contrac.l i cc i oncs ; el'a espejo donde se miraba la foltn d<· rcc;pclo (1 lo que no debía parli rsc. ¿Qué ha ocurTiclo, pues, con pos! c1·i01·i<lnd, pat·n que hoy se tcngn pol' bueno, por pe rfecto, y se ucloptc como hase de cliYisión? :Nada que sepa mos , como no scn 11 nuevus r e~la– nrn<.;ioncsde Fitero contr a él; y aunqu e, como también hemos <lic:hCJ, no se trata de punto reglamentable ú votos, es extr año sob t'e mnnC'-