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20 de In co. u po sc idn, ó al que no supiese cual eL'a la cosa poseida por s u ostensión, s ino al que jgnorasc la existe ncia de la cosa; y la negó {1 éste de acuerdo con los prin eipios gene rales que pr es iden ú In po– ses ión y que exi gen In ocupación 6 tenencia y el únirno de po. ecr, r cqni sit os que fo.ltan en el que no sa be s i existe una cosa, no obje– to de posesión civilí sima. Pero del crue sube r1ucexiste y que le pert enece , ó por lo m·cnos, r111c nn e~ ng<'nü, la Ley no se oc up ó, y ú la verdad, que de los po– seedo res de pr ed ios co lindant es, pero no des lindad os , nadi e ha cli– d10, ni <lir'ú s in grande abcrTac íón, que no posee n . Y es te e~ el easo : Tuclela , Fit cro, Corclla y clernús congozant es de Montes de .Cierzo y Argcnzón, ó Monte Cier-zo, sabe n que exis te y est(m sob re ól. Lo qu e desco noce n, seg ún Fit ero, os s u ostensión . ¿,I-ny oigo aquí ele cont 1·ndi ctorio?. tHay algo aquí de inadmjsibl e? Y rni.'ls conc1·otado el punt o, oc.urr c que Tu clela cree que ln es– lcns i()n ab ,·nza ü Nienzobns y Turungeu, y que Fit ero cr ee lo con– trrn·io, s in que por eso deje ele existir la posesión de todos en ;\lonte Cierzo co n NiC'nzobas y Turung en, ó de todos en :Monte Cjl~r·zo s in Nienzobüs y Tuntn gc n . D<~seü rt csc , pues) de cn tr·c los rnzonumient os contrnrios el de la poscsj<ín sobre cosa clcsconoc ida, y hnbrú ganado la pert in enc ia. Anúlogus considerac iont;S deben declicu1·se nl oteo pasag e de ln· Ley romana citada, qu e se lec en el p(trTafo seg und o de la misma. «In r:crtam p ar/cm rci possülcrc nema p otest .» :Ninguno puede pos<'CL' pnt·Lc incicr·ta ele una cOSil. Pero ele la incertidumbr e ú que ln Le>·se rl'ficl'c, clú idea ella misma con un ej empl o . « Veluti si hac IJl(>n/e s is, 11.t, r¡uidqaid TititlS possiclel, tu quoque oelis possid ere.» Comn s i l11YicsL'S inl c11ci <'>11 ele' po ·cc1· todo lo que posee Ticio. Es clccir, a<Juc ll n que no c:-:iste 1wrn tí, aquello que no puedes apre hen– de,-, ¡1q11e lln <'n ([t lú no cnbe t11 (rniino ele ndqu i t'ir'. Ya l o dic e la misma ~cntcn<'ia del Infer ior, cunnclo dice q11c en ambos púrr nfos <le la Ley se rrpi te la rnj srna iclcn ; por consiguiente, inutil es toda in sis f ('ncin accrea do ello. Abnndon(' mos ya, po1' ahora Ja c·1'í(ica ele la rosc n ·a con que tcr– minn 1G. S('nk nc:ia; y decirnos, por ahr1tn, puesto que aún es comba- 1ihlc hnj o ot.l'o as pecto coJTtún i't la misrnn r-cserYa y al mandat o de <liYisión que aquella contieuc, aspeC'to que nace de la terminante opos ición que existe en tr e clln y ciet~ta r es petabl e ej ecutoria, tan L'espc lnhle corno poco res petada . Al ocupar-nos de esta lo haremos con opol'f unid ad ele aquelia nuevament e, viniendo ahora ú los fun– damentqs lcgnles de la se ntencia, en es te primer punto) por el or– den en que los hornos res umid o.

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