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-51- G~ídale bien este invierno y prepara un gran juego de bO<:has para el ai\o que viene. Tu primo que le quiere, Pablo. 2.' Stullgarl 11 Febrero'1882. Querido Baldomero: Pablo vendrá esta larde á juntarse conmigo, pues lo dejé ayer atrás, teniendo que arreglar negocios. Los conciertos marchan con el éxilo de siempre. Don M;guel escribe que ha ido ll Pamplona¡ diganos qué es eso de las piernas de que se queja. ·~s~riba~os .á Afa);Ctl~C, 0 Hi;1le;e B1ei 0 ch~-·11: . Con un abrazo para Vds., Palmira, .Julia, ü. Miguel, soy suyo affo. O/lo Goldschmidt. Sa'temos sín más detención al ano 1883; tomemos por gula. á un artista, g ranadino d~ chispeante ingenio, Don l\fari¿1,no Vazquez, Director de la Sociedad de conciertos de Madrid, hombre que tiene a11gel y ni que cederé rnrins ,·eces la palabra en las páginas siguien– tes, que transcribo do li1s enrias por éste dirigidas desde Alemania en el otol'io d1• dicho ano á su hermano, Director de Correos á Ja sazón y coleccionadas en un sabroso tomito, al que avalora pre– cios:> prólogo del Gran Arrieta, Director del Conservatorio nacional . Nos bailamos el 24 de Octubre de 1883 en Bonn, cuna de Bcct– hovcn y en lu Sala quo lleva ese venerab:o 11ombre, vá á dejarse oír Sarasa.te: el testigo de la solemnidad Sr. Vazquez, la describe do esta manera: •En esto llegó la hora del concierto, que yo aguardaba con gran impacien– cia, por ser el primer espectáculo de este género á que iba á asistir en Alema– nia. A las seis debla empezar, y antes de que sonara la hora me encontraba ya instalado en un asiento de la primera fila. El salón estaba lleno de gente, y Ja orquest.I y el coro en su puesto. El programa era el siguiente: Overlura de la ópera Die siuen Ruben. . . . . . . . Rhei11bergt1· Mar lra111J'tila y vioje fr/iz, poesía de Goethe, para coro y or- questa. . . . . . . . . . . . . . . . . Be~thovm Co11cierto m sol menor, para violín y orquesta ejecutado por Sarasate . . . . . . . . . . . . . . . · . . Jfax Br11cl1 Zigeu11erlebm, poesía de Geibel,coro instrumentado porGca- cedener. . . . . . . . . . . . . . . . . . Sclmmann Rmnonw anduluza y 2.• llubanero, ejecutadas por Sarasate con acompañamiento de piano por Goldschmidl. . . . Somsale Si11fonfü m do mc1101· (5."). . . . . . . . . . . . Bedl1orm Pasó la overlura, que me pareció una de tantas. ~~I coro de Beeth.:.ven in– teresó mucho. No liene grandcd electos de sonoridad, pero la solemne tranqui– lidad del primer tiempo y 111 vivncidad graciosa del segundo responden perfec– tamente al asunto. La ejecución íué buen11, y la mn!IR coral se mostró unida, segura en la afinación y exacta en las.entradas. Gran murmullo seguiclo de aplausos produjo la entrada de Sarasate en el salón, el cual tuvo' que atra\·esar desde el fondo pam subir á ta tribuna. Mu– chas veces han oído en toda Alemania :i nuestro gran artista, pero no por eso ha disminuido el interés que despierta; antes al contrario, cada vw. es más vi– vo, y eslo es natural. Ya no e& aquello de uvamos á ver~¡ es cierto lo qu.. dice la fama,. sino uvamos á gozar otra vez de aquellos sublimes acentos que nos r.onmovieron hasta lo más profundo del alma, á admir11r aquel prodigioso me– canismo que domina todas las dificultades, aquella inleligencia que interpreta

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