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LXXV Jo volvería á bacer con el mismo desinterés, porque creo que ademfls de ser un deber, es un honor par:i el artist:i realizar estos actos de admiración y res· peto por todo el que, cerno nuestro inolvidable Sarasate, enalteció con su in· menso tale1lto nuestra patria. Repito etc .. Mariano 8e11/liure.» Otro escultor de Sarasate que no debe ser omitido en este ca· pítulo es Herr Otto Schunermnnn, alemán residente en Hambur· go, (de quien doy noticia en el capítulo "Los violines de Sara– sate11) porque entre otros trabajos artísticos, labró una linda es– tatu1ta, en madera, representando al sublime violinista en la ac– titud peculiar de éste cuando comparecía en público.