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LXXI otorgó al Sr. Llaneces la Legión de honor. Aparece en este lienzo majestuosa y centrada la figura del trenial violinista , cu– ya silueta y gesto constituyeron la aspiración del pintor; no es preciso mi elogio, cuando artistas de gran renombre han san– cionado ya el mérito sobresaliente de este cuadro. Por fin este mismo S r. L!aneces, hizo y regaló á Sarasate un apunte en color, del acto de descubrirse la lápida de la casa na– tiva de D. Pablo, apunte que se conserva en el domicilio de Sa– rn~ate en París y \·endrá á enriquecer el Museo en unión de otros varios recuerdos de igual origen , pero entiendo que el se– gundo de los cuadrús citados, haría honor al Museo Sarasate y que Pamplona debería adquirirlo antes de que algún Conserva– torio ó Academia extranjeros lo efectúen, en tributo á la admi– ración y memoria que todas las naciones reservan para nuestro ilustre compatriota. Pero Llaneces no se contenta con ser un maestro del color, sino que además cuenta títulos indisc.itibles para figurar entre los buenos escultores contemporáneos: el busto de Sarasate que cual en un trono, se conserva en Villa·Navarra, rodeado de coronas y recuerdos, representa al sin par violinista á Ja edad de unos 50 años, altivo el continente, franca la mirada, hermo– sa la cabellera y de un parecido completo, que produce verda– dera satisfacción en quienes contemplan la hermosa obra escul– tórica, de la cual debe sentirse orgulloso con fundada causa, el muy distinguido artista de nacimiento, D. José Llaneces. Madame Beauvais, esposa que fué de un Ministro de la mari– na francesa , pintó también un retrato al óleo de Sarasate, que le representa á la edad de veinte años. Este cuadro se conser– vaba en la casa de D. Pablo en París y por tanto figurará en el Museo Sarasate. . El pintor Vahamonde, fallecido hace unos 12 á 15 años hizo en San Sebastián hacia el año 1890, un lindo retrato de Sarasa– te, al pastel; efigie de notable valor artístico que fué regalada por el retratado al matrimonio Goldschmidt. Mi antiguo y familiar amigo D. Martín Jzangorena, natural de Burguete (Navarra), pensionado que fué de la Excma. Dipu– tación foral y Provinc1al, la ureado en una de las exposiciones de Bellas Artes de Madrid, ejecutó el año 1880 una original la– bor artística, representando un perfecto retrato de Sarasate, en un gran plato, cuya concavidad fué primeramente ennegrecida con el humo de una vela, y después a rrancados los claro-oscu– ros á punta de alfiler, hasta aparecer distinta y perfectamentf' obtenida la figura del egregio violinista. La Diputación encargó seguidamente á Izangorena otro retrato idénticú, pero no ya sobre plato, sino sobre una finísima y amplia plancha de porce· lana ; y de ambas obras se reservó la segunda para el Palacio provincial, pasando la primera á la Escuela de Música donde se

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