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1..XX una bellisima matrona, figuras ambas que, sin necesidad de la firma, delatan la mano de uno de los maestros de la pintura en España. En el lugar correspondiente de este libro, se halla un fotogra– bado de aquel artístico pergamino, solemnemente entregado á Pablo el grande por nuestro Ayuntamiento en la tarde de l 6 de Julio del año 1902. F ranz Paczka, natural de Hungría y residente en Berlín ac– tualmente amigo de Sarasate, pintó dos retratos del sin par vio– linista en los años 1877 y 1878, de los cuales el segundo que se conservaba en la casa de París, figurará en el Museo Sarasate; la particularidad de este retrato estriba en la exactitud del pa– recido irreprochable. . ·Es una magnífica cabeza que recuerda el estilo del gran Ve· lázquez y seguramente ha de ser del agrado de cuantos le con– templen. No podía decirse otro tanto del primero, el cual, aun siendo una buena obra pictórica, carecía de In cualidad del parecido, según he podido comprobar por el perfectísimo fotograbado que tengo á la vista en estos momentos. Otro de los amigos vi~os y buenos del violinista sin rival, ha sido el inspirado pintor D. J osé Llaneces que por los años 1888 6 siguiente fué presentado ií D. Pablo por otro amigo no menos fiel, el Sr. Arbós, violinista muy conocido en España, su patria, á la que, de veraneo acude todos los años, y ha dirigido la or– questa del "Gran Casinonde San Sebastián varias temporadas. Muchos artistas Fueron presentados en vida á Sarasate y sin temor á error, puede afirmarse que él no retuvo á su lado las medianías, pero en cambio anudó cariñosamente á los que en una ú otra forma, llevaban en su alma la inspiración del genio, circunstancia reveladora de su clarísimo talento. Uno de los que más rápidamente ganó lugar en el corazón de Sarasat'e, fu é Lla– neces, quien al cabo de intentos rC'pe::tidos que se frustraban por la vida nómada del gran violinista, logró hacer de éste un mag– nífico retrato, de tamai\o natural, cuerpo entero, obra que con verdadera satisfacción conserva la Excma . Diputación Navarra A la que fué dedicada por el afortunado pintor; este lienzo re– presenta á Sarasate de pié, vestido de etiqueta y c ruzado el no– ble pecho con la honrosa banda de Isabel la Católica. La acti– tud es la correcta y elegante peculiar del modelo, la mirada se– rena , la entonación nrmónica, colorido y dibujo irreprnchables, ci rcunstancias que arrancan, sin vacilación, unánimes palabras de elogio, á cuantos le contemplan. Algunos años después este mismo pintor ha acabadv otro cua– dro que conserva en su estudio de la calle de Yillanueva, Ma– drid; y cuyo valor artístico confirma la maestría de su autor; re– presenta al admirado violinista en el instante de comenzar un concierto en la capital inglesa; Pa rís entero contempló este cua– dro y tal fué la pública aprobación, que el Gobierno francés

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