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XLVI Era no sólo Artista, era el hermano Del pobre que zozobra en el olvido; No sólo movió el arco aquella mano Movió el pan que alimenta al desvalido. Estuvo activn y pronta cada día, Prodigando limosnas sin ahorro; Celeste v doble fuerza la movía Honrando :l. Dios: el Arle y el Socorro! Hoy que ni nbismo negro se derrumba El cuerpo que encerrnba tanta glori11, Moja el pueblo con lágrimas su tumba Y bendice su nombre y su memoria El arte musicnl, hijo del Cielo Enluta adolorido su estandarte Llorn Espn1\n y el mundo está de duelo. ¡Era el g ran p~mplonés un rey del arte! J11a 11 dt Dios Pe~a. • «Sr. D. Ectq11itl E11déri~ Invocando mi amor :í Nnvarra, patria de aquel hermano del alma, Juli:ln Gayarre, y de aquellos inolvidables amigos, Arrieln, Zabalza, Guelbenzu.... : tierra querida donde tau carií\osa acogida me dispensaron siempre y tan ale· gres y felices días pasé. me prde V. 111111 c11arti//a para sn Extraordinario. ¿Có· mo negarme?.... - Y me pide Y. esa cuartilla, para el homenaje que su periodico ha de pu· blicar en honor al maes:ro de los maestros; :l. Sarasate. ¿Cómo escribir en 111111 c11artili11 lo que merece y debe decirse de ese artista sin rival, que :l. los 1111e1•t a11os de edad, daba ante el asombrado público de In Coruña, su primer con· cierto tocando de incomparable manera la grar: Sonata de Beethoven? ¿Que¡\ los doce a1ios y medio obtenía en el Conservatorio de París el gra11 premio de ho11ori' Que á los die~ r seis a1los el ilustre maestro compositor Rossini le en– viaba su retrato llamándole Gig1111te del Arte? Qu<' á los die" .'' ocho a1ios em va Director del Conservatorio del Brasil, á donde como tal lo habla Jle,·ado el Emperador D. Pedro? Que á los Pei111e a11os en Compañia de la célebre Carlota Patti inauguraba en la Améric'a del Norte esa brillantísima serie de conciertos que desde entonces viene siendo una continuada senda de gloria, de aplausos y de laureles? Que no hay pueblo ni nación que no le haya admi· rado ni aplaudido; ni soberano que no le haya condecorado?...., ¡Una cuarti· lla!..... Pero si para escribir de Sarasate serían necesarios lomos enteros! Toda1>ía no hará un m<'S, hablando con el grao maestro alemán Strnus, el colosal director de la orquesta de Berlín, el autor de Salomé, y el compositor del din, le preguntaba yo. - D!game V. maestro - ¿Culll es hoy en su opinión el primer artista del mundo? -Y me contestó sin vacilnr-¡Pero quién ha de 'ser! Sarasate. V en aquel momento recordé que hace yn muchos nllos, ví en Londres un gran cuadro en el cual aparecían retratados y enumerados todos Jos grandes artistas contemporáneos; y en el centro de todos llevando sobre su cabeza el número 11110, estaba nuestro compatriota, el gran navarro¡ Pablo Sarasftte. Sigue pues ocupando el mismo lugar: el número 11110.