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XXXVI Es Maitagarri, el hada de Euskal·erria, á cuyo aliento puro se abren las flores y en cuya voz reside toda armonía, quien de Navarra evoca dulces :.mores. Cuando trémulo el :.reo las cuerd:is hiere, el ánimo se arroba con su sonido, y aun después que Ja nota se extingue y muere, encantados acentos finge el oído. Y si vibrando entona patrios cantares electrizase el alma que los escucha, se recuerdan de E uskaria bosques y hogares, se oyen hondos suspiros, gritos de lucha... Voz si nunca olvidada, nunca aprendida, ¿quién que te haya escuchado no te desea?... esa voz no es acento de cuerda herida, es la voz de mi Patria... ¡Bendita sea! Hermilio de OUwi~. Narvarte, Junio de 1900.• •Después de cuanto se ha pensado, dicho y escrito acerca de nuestro mara– villoso artista, rey de los «iolinistas antiguos, modernos y venideros, es tarea insuperable dar ni público un pensami<'nto nuevo. Dejando pa~n sentido lo que .no puede ser expresado, habré de apelará los recuerdos para brindar un testimonio de la admiración añeja que hacia D. Pablo se siente. en el extran· jero: Hace algunos años, hallándome yo e n nación extrana, contemplé, goz.oso, y quedó fija en mi memoria, una ingeniosa caricatura en la cual se representa– ba á los violinistas de una gran orquesta que había acompal1ado á Sarasate en un concierto: éstos aparecían en infernal mescolanza de actitudes, desgreña– das sus cabelleras, fuera de sus órbitas los ojos, gesticulando macabros, locos y frenéticos, destrozando violentamente unos contra otros sus instrumentos, desesperados, en fin, luego de haber escuchado atónitos y con asombro inena· rrable los prodigios que Sarasate acostumbra á. derrochar ante sus auditorios. ¿Se adivina la moraleja? Que cuantos ma11osea111os el violín debiéramos ha– cer lo propio; y el primero Sa11tiago Ve11goechea.• •El Subdirector del Musco Nacional de Pintura y Escultura.=Particular. =Madrid 18 de Oclubre de 1908 =Sr. D. Javier Arvizu, Pamplona.= Muy distinguido Sr. mio: Un nuevo voto de g racias le ha sido concedido en laJun· ta directiva celebrada el Jueves pasado, en la cual dí cuenta de su carta. Ver– dadera casualidad Jia sido que Ja representación del Círculo en los funerales del inolvidable Sarasate recaye1·a eu un Alcalde artista. Razón de más parn que el Círculo se felicite de la honrosísima repres~ntación que tuvo en tan triste ocasión. La muerte de Sarasate me produjo impresión inmensa, pues estaba unido