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-1312- ces? ¿lfué fingido proyecto el de su coronación nrt.íst.ica'~ ¿Ac– tuábamos acaso de cómicos el día. memorable 12 de Julio de 1908 ó celebramos sériamente la apoteósis del artista insupe– rado? ¿Fnel'on aparentes las hlgl'imas y corouas que d epositara Pamplona sobre su ataúd, y la constel'liación y el luto que lle– vamos en el 11 lm1-1? Suponen los qne no conol!en <Í Navnrra, que este pueblo responderá cumplidamente •Í los deberes que la situación creada le imponen con rei;pecto á Sarasa te. Ciertamente, la hi– pótesis contraria !'evelaría no tan solo cierta descortesía, sino mfti, bien un agravio, que rechaza con indignación todo paisa- 1: 0 del celebérl'imo violinista. Háblase á veces de la f1'ialdad de nuestro caracter, de la apaffa de este pueblo, p,ara explicar– se acontecimientos, anomalíali de cuya exactitud no cabe du– da. Pero de lo que sí cabe duda es de la solidez del argumento, de la exactitud <le esa explicación. Aquí no hubo frialdad ni apattii para idolatrará Dou Pa– blo, cuyo nombre nos electrizaba, cuya presencia promo\'ía generales entusiasmos, y cuyos cánticos arrobadores fascinaban y subyugaban, agitando los corazones y emocionando nnestras almas. .Ante recuerdos tan cercanos, ¿cómo nos explicaríamos hoy que reinasen ni se impusieran una frialdad, una apalfa que muchas veces se ha querido domiciliar en nuestro carac– ter? No, en manera alguna pué>de admitirse, porque es invero– siqiil, porque es ilógica, porque...... . no es cierta semejante su– posición . Rindamos ante todo y sobre todo, culto á la verC!ad, patrimonio de los lMchos nobles 6 navarros, es lo mismo, (frase di'!) propio Sarasate). Y con sinceridad de confesión, unida á pro– pósito irrevocable de enmienda, declaremos, reconozcamos que la traducción exacta. de aquellas frialdad y apaU<t, tienen otro significa.do: sea indiferencia, sea ingratitud, sea lo que fuere, no seríamos dignos del sol que uos alumbra, ni de las auras de nuestrns montañas, ei de la Historia de nuestra braYa y noble raza, si el nombre de S.rn1sate pesara sobre nosotros, cual pesa el nombre de Eslava. ¡Qué no hubieran dado otros pueblos por contar entre sus hijos á esos dos astros incomparables del Arte? ¿Qué debemos hacer para que el título de· Navarros por ambos · ostentado con orgullo, no se convierta e11.. .. ... lo que no se convertirá, tenien· do como tendremos eu lo sucesivo conciencia de nuestros de– beres? Las marchas fúnebres que invitando al dolor humano acompañaron al cadáver de Sarasate desde "Villa Naviirra,,
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