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-ó!l6- · C!aro es que el <lucio en estos fnnernles lo formaban todos los habitantes de Pamplona, los qne fueron y los que so ,·ieron impo– sibilitados de acudir Alas honms fúnebres. Las autoridades, corporaciones y en tidades de todas clases, re– presentan tes de la población, que acudieron A la primera jglcsia do Pamplona, tomando asiento en los bancoS' dispuestos para el duelo oficial, se reunieron, invitados por Jo. Alcaldía, en Jo. Casa Consistorial, á las once menos cuarto de J;~ mal\nna del domingo. Los con,·ocados fueron los mismos que asistieron i\ recibir el cndl\ver del inmortal nrtista á la est:ición, y los que siguieron estos restos hasta su última morada. No hemos de volver Aenumerarlos. Una comisión de seliores Capitulares reciba al duelo en la es– calinata de la Catedral. y le acompalia hasta Jos sitiales que se lo han dispuesto. En el presbiterio toman asiento el representante del Gobierno senor Marqués del Vadillo; el Vizconde de Val de Erro, que osten– ta en la levita la cruz de Caballero de Calatrava; el Excmo. Ayun– tamiento de Pamplonn, y los dendos do don Pablo, señores Mena (padreé hijo.) Las demás entidades, presididas por el sefior Gobernador civil ocupan enlutados bancos, al hido del Evang-elio. Ln. representación de Jos Tribunales do Justicia. usando de sus preeminencias, ocupa sitinles en los balconcillos del coro. La capilla de la Catedriil, grnn parte de los profesores de lo,!:)o– cíedad Santa Cecilia y dol Orfeón pnmplon6s, encargároose de la parte musical. Esta no pudo ser mt\s selecta, pues la formaron el grandioso ofi– cio de difuntos de Eslava, y el respouso de Perossi. · La grandeza de las composiciones musicales interpretadas, dió tanta brillantez y severidad al acto, que rnrn vez se verá. nn acon– tecimiento semejante. Músicos y cantorc¡¡ pusieron toda su alma en la interpretación, y asl resultó algo pocas veces oldo. El esplendor y la severidad de la función religiosa, Ja solemni– dad, la grandeza, en una palnbra, fu é tanta, que bien pÍrnde decirse que el Ayuntamiento de Pamplona, el pueblo y todas las autorida– des, no pudieron hacer mAs, ni cabía, por la memoria deSarnsalc. (Eco, Diai·io y Demócrata)• La dirección de las hermosísimas obras musicales ejecuta– das estuvo alternativamente confiada al S r. Don Santi¡¡go Ven– goechea, cuya competencia es harto conocida, al Maestro de Capilla de la ÜHtedral y al Sr. l\:líigica, Director del Orfeón •Terminadas las solemnes honras fúnebres, el duelo se enca– minó A la Casa Consistorial, donde se despidió. * ** El pueblo, que llenó el templo durnnte los funerales, acompanó á la salida de Ja iglesio,, y permaneció agolpado en la plazuclL1 Consistorial hastl\ la dcflpodidii de aquél. •

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