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-690- . artista y se sintiese poseído de la má:i mínima dudl\ acerca del Cllri fí0 en que se tenía al m11erto 1 habría:;e mo$tl'ado asnz con – venci<lo de los quilates de nmor inmenso que atesorab<\ c11da corazón pamplonés, de los muchos que si11tie1·on afluir á sns ojos l11s lágrimas delatoras del hermoso corazón navarro. ¡Ah! Si los uinertos fuesen susceptibles de vel' los honores póstumos qnc se les tribntnn, creemos qne el egregio y eximio desaparecido 1<c habría mostrado satisfecho al contemplar có– mo el p::eblo que en s n percgrim\ción trinnfnl al través del · hemisferio se desvivía por signific¡\rJe su admiración y cari1!0, en su muerte se congregaba parn llonu· por el que tantas ma– nos :hielas de aplausos, henchidas de gozo, había tenido In vir– tnalidad de juntai· cuando emitía y cxtrafa de s u strad ivarius los melodiosos acentos y armonías celestiales que deleitaron al púulico pamplonés. ,, (Demúcmfa Nuvarro.) _____ ,,. ____ Ya hemos sepultado á Sarasate; yace en tierra el último, el único que nos restaba ele nquella falange b1·illante co11stit11ída entre otros por Gaztambide y Gorriti, por Zabalza y Guclben– zu, por Chueca y Gai11z1i, por Arrieta y E slav11; por Giiyan e y Sarasatc! Con este hemos sepultado cuanto nos quedaba d e noble y de grande¡ cuanto pregonaba todavía ante el mundo entero la ele\·ación ele In n1za nav¡¡rm en el nrte más excelso. El taliillO lúgubre de las camp1rnas que íi mnerto doblaron cuando dimos nuestro ac\ios ni músico mAs illolatrado de hi generación presente, repercute todavfo multiplicado por el eco de las montaiins que rodean íi este pueblo, y l'C _extiende por los angostos valle» y se esenclta en todas las villas ele es– ta tierra, á la que dedicó sn cornzón y sn fantasía y ii In que ennobleció y dignificó el Génio, con las sublime~ armonía!; ele su arpa. elcct1·izacla. Ya el Angel ele Navarra no nos pertenece; ya el scduct0r, el mago, el íac;ci11ad0r m:te tro de los s0nidos idcale:>, ha vuel– to ;\ la tierra, b,1jo la. cual yace; su figura vigorosa y delicada, que tantos entusiasmos despertara en el mundo,. encerrada e!l– tíi en urna funeniri:1 para siempre; la enérgica cabeza, la cabe– llern ele león, rep•>!:lan inmóviles; las manos de virgen pudorosa no tmlcn la cítnrl\ armoniosa; ];1s células del privilegin<lo cere– bro no palpitan al comp,\s de los nervios adormecidos . ¡Ya Sa– rasate no es n11el;tro, mas que en inerte cuerpo! Dios que le <lió un alma inmortal, nos deja en Su infinita sabiduría, el nombre y la memoria ele nquella S u obra excepcional; agradecidos al

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