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- 588- Lns cintns c:c la derecha 0rnn llcv:idns por los Sres. F.ch: wc SLJstaet•t, Irazoqui, D. Higinio Pércz presidente de l<t Co!o1iia na– varra en Vizcaya, Vengoecllea, Otto Goldschmidt y D. Julio Pas– cual. Las del lado izquierdo por D. . fonquin L:trreglti, en rcpr~santi1.ción de la Acndcmia de San Fernnndo, á quien ga!11.11temente, por mi motivo, cedió e>'te puesto el Alcalde D. Di•niei !rujo, el scllor Aranguren, Presidente de la"C;\mnra de Comercio, D. Alberto Huartc, D. Antonio Millor, Presidentes ambos, respectivamente, de Santa Cecilia y Orfeón Pamplonés, y D. Joaqui11 Mena, sobrino de Sarasnte. Sobre el ataúd veíase una corona, según decimos mt1s arriba; esta corontt era In. de los vecinos de l;t calle de 8an Nicolás, que solicita,ron del Excmo. Ayuntamiento tnl prefercnci1i.. Tras el ataúd... Chnrles, portador de lo, <ilmohatlill:t con las condecoraciones. En último término formaba la comitiva. en esta forurn.: Presidia el duelo el Sr. Marqués del Va1lillo: á su derecho. lle– vaba n.l Sr. Gobernador militnr, Presidente de ln Andiencia y Al– calde D. Daniel !rujo: y n su izquierdti al Gobernador civ il, don Juan Cancio .Mena, diputado foral don llfanuel Larra.ya y primer teuient.e de Alcalde D. Javier Arvizu. Seguían detrás, el Ayuntamiento y todt1s las comisiones civiles, eclesiásticas, judiciales y militares, represenhiciones de las socie– dades, corporaciones y eutidndes y amigos del finado. Cerraban el fúnebre cortejo las band.ts de música, cornetos y tambores del regimiento de Cttntttbl"ia.• (Eco, Diario y Demórr<rfa nai;arro. ) EN MARCHA: •Organizada asila comitiv:i, púsose en marcba 1\!as<locc y me– dia. Las calles de Mercaderes, Clu~pitela, Plaza del Castillo, Paseo de Sarasa.te y Navas de 'folosa, ofrecian el mismo aspecto que la Pla– za Cc.nsistorial. Ningún balcón desocupado; todos ocupados por <lamas y scnori– tas que presenciaban el paso de la comitiva, y ornados con el lazo do: crespón. En las n.ceras, un doble y grueso cordón de personas se apelo– tonab!l.. Entre estas dos filas <le carue humana pasó el cortejo por todo el tránsito. Al entrar en la en.lle de hi Chapitela, lii banda de C1tnttibria dejó oir las sentidas notas de la Marrlrn de Chopin, que se repitió al término de la Cc\l'l'ern. En el tránsito ejecutó también otras marchas fúnebres. La comitiva hubo de detenerse vMias veces á fin de que des– cansaran los doce orfeonistas que en hombros llevaban el ataúd En Ja puerta de la 'l'aconera, el Cabildo de San Saturnino rezó un responso. En torno del Cabildo, de la. presidencia y de los comisionados, se agolpaba una multitud incalculable.

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