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- G87- Iglesia Catedn-11 sel'íor Piudo, cantó el solo de tenol' () 1·us 01w1es, intl'oducción á las Siete Pulr.cúras de Dubois. Co11cluícla la misa, penetró en la. capilla el cabildo de la pMroqnia de San Saturnino, con cruz alzada, yendo á su ca– beza don Modesto GonzÁlez. El cabildo pal'l'Oq11ial cantó el oficio de sepnltnl'n, y en él, el Orfeón interpretó el responso Dibe1'a me de Perossi. El 0 1'feún rayó á inconcebible altnra en este solemne mo– mento; su lenguaje foé digno del Dios de las misericordias á quien invocaba la masa cornl al cantnr los snbli1nes salmos ele aquella obrn mngistral y sentida cual ningnmt otra. Durante el act.o, las campnnas doblaron á muerto. . Silencio profundo reinal?a en la C!lpilla ardiente, tan sólo i11terrnmpido, cuando terminó de cantar el Orfeón, poi' la voz uná11ime de los concurrentes contestando á las del Cabildo. La ceremonia resultó magestuosa é impbnente, de nna se– veridnd cual no cabA compnración. 'l'erminacla q ne tué, las Antol'idades pasaron al Salón– M u~eo Sarasate, interfn se organizaba la comitiva. En el despacho del s... Alcal<le, inmediato ~í la cnpilfa. ar– diente, do:> al'tistns, distinguitlns damas que con Sarasate tie– nen compn l'ticlos mnclios tl'iunfos, especialmente 'hi primera, permanecieron desde las diez y media hasta qlle el cadáver salió de la Ca~a Oonsistornl: foeron aquellas Mdme. Berta Mal'x de Goldscbmidt y la 8rta. Pilar Michelenn, qne quisie– rnn contemplar por última YCZ el caMLve1· del arti~ta incon– mensurable, ele cnyo lado fué preciso separarlas anegadas eu lágrimas. EN LA PLAZA: •La comitiva, á la que preccdia numeroso público, quedó for– mada de Ja siguiente manera.: Rompl•\11 la marcha dos camiones sobre los que se hablan colocado las coronas, á eiwepción de nna qne cubría el ataúd. Segula después la cnrroza, sin el féretro, arrastrada por cuatro caballos. En tercer lug;\r los n,silndos ele la Casa Misericordia, procesio– nalmente y t:on velas. Tras el los los orfeonistns, con su estandarte á la cabeza, tam- bién proccsiorrnlmcnte y con bacho11es. El cabildo panoquial co:1 cruz alzada. El arn.úd , delante del cnal iban dos maceros, y uno detrás. El féretro, colocado sobre elfgantes y severas andas, era lle– vado en hombros de doce orfeou.sttis. Los Harneros de las nndas, cuyas llamas verdes se elevaban os– cilantes, daban un aspecto fantástico á aquel cuadro conmovedor.

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