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--576- En Bacaicoa, Ecbarri-Aranaz, Iluarle-arnquil, Villanneva, lrurzun y Zuasti, se han sucedido las manifestaciones de dolor que en Alsásua. Los vecindarios se aproximaban ni fur¡rón fúnebre, y las plega– rias so co:1fun dian con las lAgrimlls y los flores. En Hunrte-araquil é Irurzun los vecinos salieron en unión de Jos cabildos pn.rroquiales, y se rezaron responsos en sufragio del nlmn del egregio navarro. ----- En la mai'iana de aquel dfa, el infatigable Alcalde acciden– tal Don Javier Arbizu, amigo idólatra del artista insnperriclo, dictó el bando siguiente: • PAMPLONESES: Por última vez el pueblo de Ptt!lJplona reci– birá á Snrasate. Los restos mortales del sin igual 1\l'lista pamplonés. que constantemente ofrendara la gloria de su Yida á su ciudad amada, va11 á llegar á Pamplona, A reposar en In bendita tierr:\ en que naciera. Es preciso que el duelo se exteriorice bajando á recibir al cndá– ver de nuestro paisano y á su trnslado desde In estación á 11\ Cttsn Consistorittl, y sustituyendo con tristes, negros crespones, la!S col– gaduras que otras veces adornnron los bnlcones cuando llegaba Sarnsato con sus alegrías de fiesta. Es necesario, que el dolor y el llnulo que á tocios ufiije se trn– duzcan en incomparable manifestación exterior, con nquella noble– za propia del navarro.» Pamplona nnánime respondió 111 llamamieuto, y en los bal– cone11, t.odos sin excepción enlutados, no se vió más que Seño– ra·s; los hombres todos acompafü1ron el cadáver del más ama– do y distinguido hijo de la nobilísima I ruña. Durante el viaje, socios de Santa Cecilia y Orfeón pamplo– nés han velado el cadáver. Sin lldmitir relevo ni descanso al~u­ no sin separarse ni poi· el ruás breve intervalo, con el corazón despedazado. p<Uido el semblante y como queriendo depositnr todo su e¡¡pfritu dentro de nquel ataud ocupll<lo por su amo idolatrado, Charles Gonio, el criado fi<l elísimo, para qnien fué siempre venerado aquel Grande hombre, sigue Ja peregri1m· ción, acrecentando su dolor la idea de itproximarse al fin de la j ornada, al momento en que forzosnmente habrá de separarse de los restos inanimados hoy, tantas veces en otros tiempos objeto de las más entusiastas aelanrnciones. LLEGADA A.PAMPLONA: "Desde las primeras horas do la tarde comenzaron á ool– gRrse los balcones de Ja ciudad con negros crespones, dispo– niéndose el vecindario á dispensar un recibimiento altamente cariñoso y de profundo respeto al cad1\ver ele Sarasate. E l Alcalde de Ja ciudad dispuso que en las calles del trf1:1-

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