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- :>6-!- tenares los periódicos, y no es pe:¡ueña Ja parte que á todos debo en información. (a) L a-s primeras frases de duelo qne Diario de Navarra estAm– pó en su número inmediato siguiente á la muerte de Don Pa– blo, fueron las que á continuación aparecen, sentidas y expre– sivas: LA MUERTE DE SARASATE. cEI es~larecido, el hijo predilecto de Pamplona, el Excelentlsi– mo Sr. D. Pablo Sarnsate, hl\ rendido su tribulo á la ley incxorn.– ble de la naturnleza. Na.Yana y Pamplona han perdido á su más legitima gloria, de la que justamente estaban enorgullecidas. El vecindario de Pamplona csb\. do lnto. Dial'io de Navan·a, ndmirn– dor del incomparable artista que, triunfo tras triunfo, paseó enhies– ta la bandera gloriosa de su pueblo natal, se asocia al dolor inten– so que en estos momentos de \'erdadera tribulttción embarga el pe– cho de todo buen pamplonés y nM'arro, y al compar tir tan hondn pena por esta. terrible desgracia y ele\'ar sus oraciones al Cielo por el eterno descanso del alma de Sarasa.te, ruega á sus lectores pidan al Todopoderoso concedo. en la mansión de Jos justos uu puesto ú aquella alma artista que tnntos prodigios realizó en el arte divi– no.- R. l. P.• A continuación insertó el hermosísimo artículo de mi dis– tinguido amigo Sr. Ara11zadi, artículo que merece perpetnarse y con el cual no !'enuncio á homa1· este libro: SARASATE HA MUERTO. •Sarasa.te ha muel'to, y con él ur. hijo amnnte de su pueblo; un ejemplo que imitar, algo que llega á lo intimo del corazón. En estos tiempos en que las gentes en todos los paises, descon– fiando instintivamente de la felicidad que en In. vida social puede esperarse de Ja grandeza de los ricos Estados, vuelven los ojos con carifio al hogar santo en QUA se desenYuelve la vida del va.lle ó del pueblo en que se ba nacido; Sarasate, el gran Sarasate, el ge– nial Saraaate, ba dado la nota. más alta en la gama del patriotismo. Sa.rasate, como la golondrina que apenas apunta la prima.vera bieude los aires para volver cariñosa al nido en que nació; mien– tras Je ha durado la vida, ha venido henchido de entusiasmo, pal– pitando de amor, al pueblo para él idolu.trado en que abrió los ojos á 'la luz primera, para sentir el saludo do todos sus paisanos; saludo que él bl\ tenido siempre en más que los agasajos de los Re· yes y Príncipes de la tierra. No ha habido que preguntar jamás en el mes de Julio en qué parte del globo se encontraba Sarasa.te. Todos aquí SAbíamos que Sarasate, el día. 6 de Julio no faltaria á la cita, y que las flestns de (al La parte final del ap~ndico primero dará al le<tor una ide•, aunque incomple!R, tlel pormen1>r A que. me refino. .

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