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- 557-· hondo duelo en toda Espaíhi. ·Y en el mundo entero. Pablo Sarasate el artis~a genial , el violinista insuperable, ndmirndo do todos los . públicos de Europa, verdadero ldolo, ante cuya grandeza se rindie– ron propios y extralics en culto de venernción y admiración sin lí– mites, ba muerto. La penosii. dolencia que le acometió hace poco, ha tenido un desenlace rApido, brutal, verdaderamente inesperado. Es la pérdida. t:i.n dolorosa, tan agobiadora, que ln pluma se siente incapal. de trazar los breves párrafos de este tributo del mo– mento. La triste noticia del fallecimiento del gran artista produce en nosotros, como producirá en tocio el mundo, un dolor agudo y desconsolador. Era Pablo Snras1\te nnn de las más purns glorias espafiolns de la ednd contemporánea. Su nombre, aclamado con entusiasmo ra– ~·ano en delirio en todas las grn.ndes capitales de Europa, había paseado en tr iunfo el nombre de España. entrejustisimas salvas do simpatia y ndmira(..ión. Genio del arte, magico prodigioso del vio– lin, que hizo vibrar en sus cuerdas con marn.villosa intensidad todas lns notas del bum:tno seutir, su nr co triunfador fué biindera gl oriosa de la Páufa, cuyo nombre enaltecía. en el fro.gor clamoro– so de sus grandes vctorias. En estos memora.bles triunfos d&I i11signe Sarasate nadie le r e– gateó el preciado laurel. Ante el torrente de luz y de armonía de su •iolfn, cn.yeron r endidos los más indiferentes. los más r eacios, suliyugados por el arte incomparnble del genio. Nadie como Sara.– sale. poseía la virtud de cautivará Jos públicos, ya conmoviendo la fibra del S'!ntimicnto, ya produciendo indescriptible admiración ron las m:11·a,·i1Jas que su arco ejecutaba en el portentoso stradiva- 1·i1¿s. Sarasate es digno de flgurar entre los mús grandes artistas que registra la Historia universal fiel arte. Su mérito como violinisti\ ha sido reconocido por todos los públicos. Ntidic le ha superado en el dominio de tan dificil instrumen to. Afü\dase á su prodigiosa habilid11<1, unu culturn musical quepo– dría competir con la de los más ilustres compositores y una privi– legiada organización artística; y se deducirá, en consecuencia, qne ~arnsate era uno de los artistas m1\s completos que en 11.1. actuali– dad existh111. «Hubo una época, cuando ya su 11ombre volaba en alas de fa, fama por tod:\ Europ1i, en que So .rasu.tc fné muy discutido, espe– cialmente en Alemania. Pero pronto se rindieron á la evidencia. los que con mayor pasión negaron su genio, y éstos figuraron Jue– go cn•ro sus más apasionados admiradores. Los criticos más ilus– tres contribuyeron á su fam11.. Uno de ellos dijo dd insigne ar– tista : •En L860 era Sarasate un violinist.1 notnbi!isimo, perr,·-moraba en la ticrrn; en 1880 es una estrella que habita en el cielo• . He :1quí la semh!auza que ot1·0 eminente critico tr¡¡zaba de Sa– rasa.te : •En lo fís'.ci.', uu:i. rabellera abuudanle, negra ayer como el ébnno, c11si de nieve hoy, dando sombrn á un rostro siemprejóven, con grandes oj os miopes, y cuyo tipo, castizamente espafiol. fué nrngistmlmcnte interpretado eu el inolvidable r etrato ele Whistler.

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