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-553- El dia 1 de Septiembre, después de las doce de la noche, me despedí. Fué Ja despedida para Ja eternidad. No fué la ac.ostumbra– da aiios atrás: •Yn. me acordaré de uste~, me decía entonces; y de todas las naciones del mundo Je escribu·é, Je mandaré postales; que sea algo así como la historia de mis campalias.• Noticias es– tas que, en forma de modestas 0rónicas, dedicaba, yo n.I insigne Sarasa te; y por las que todo Pamplonn. se eptcraba de Jos célebres giros del artista querido. ·Adios, Huarte, me dijo este aüo, sea usted feliz; dé mis más cariñosos recuerdos, los recuerdos del alma, á todos mis amigos; curnpln. usted con todos mis paisanos, que á todos quiero y amo con todo mi corazón.• No pude articula.r pa.labrn: nos separamos después de un largo y estrecho abrazo. ¡Eni el último! A la mnfiana siguiente dije al fiel Charles: Cuide usted mucho á Sarasa.te, que Jo \•eo muy media.no : dígale á D. Pablo que anhe– lo recibir noticias de sn salud, que me voy de Bíarritz afligido, que descanse y sólo piense en su curación.• Chn.rles, iL la hora del almuerzo cumplió mi encargo; y con amargii sonrisa, contestó Sarasate: •Mejor que decir eso debió ha– ber dicho Huarte. iiPobre Don l'ablo! !• Una noche, en el Casino Bellevue, precisamente Ja noche en que en el programa figuraba el Noctu1·no de Cl1011in, que tau celes– tialmente tocó Sarasatc en Pumplona en el primer concierto de és– te desventurado aílo para. el arte, me dijo ante Villa y el notable pianista Sobrino: •Yo he de busrar entre mi música en Puris •Les adieux•, los adioses y se Jo enviaré para su chico: es música qne compuse cuando tenla 20 alios- 1 y fué inspirada por la triste impre– sión que me causó el cesar para siempre las relaciones amorosas que teni<t con una hermosísima joven, hija del organista de •La :Magdalena• que se casó con otro.• ¿A qué record:u· este triste episodio de su vida? Es que Ja idea de las despedidas, de los •adioses• fo atormentaba le acompafia– ba de continuo. El jueves anterior al de su muerte, al terminar su barbero de cumplir el cargo de su oficio, dijo á Sarnsate: •Hasta mañana• y fria, secamente, con rudeza increíble, á Ja par que con tétrico acento contestó: •No basta mañana, iiAdios!!• y esta palabra repi– tió basta tres veces. El ya citado dia 4 del actual recibió una carta de Zaragoza que me rogó se Ja leyera. Era de un paisano, del beneficiado del tem– plo del Pilar. Don Carlos Lorea, que presenté en el banquete de Z1iragoza á Don Pablo. Dicho sefior le rogaba se acordara de la Virgen del Pilar para hacerle algún regalo; pues para él, serla de una satisfacción inmensa enscliarlo á Jos navarros. Agradó mucho á Sarasate Ja amable invitación; noté en su semblante una satis– faccióu muy intima. •Veré- me dijo-si tengo algo en París, pues deseo una joya de mérito, que ahora uo tengo nadii aquí; me es extraordinariamente dichoso el complacerle. .Mañana contestaré á Lorea• , y diciendv esto guardó la carta entre las predilectas. Sarasate era un ser único; conocía el mundo y aborrecía las fastuosidades y engaños sociales. Se congratulaba con la. intimidad
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