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-544 - 1etré de i1· á mi pueblo: y si allí 11111e1·0, mejor, vorque aquella tierm ha de ser mi sepultura,, . De su estancia en esta Oapitiil hasta mediar aqnel mes de Jnlio, nada necesito agregará lo expuesto en el capítulo "Na– varra,, si no es el suceso siguiente, harto signiticativ0. El día 13 de Julio ele este ai'io bi.tal para el mundo dP,l ar– te, dió un paseo en coche por las afueras de Pamplona en com– pañía del matrimonioGoldschmidt y D. Alberto Hu<'l.rte. D. Pa– blo SP, encontraba muy delicado: no había <lormido en varias de las noches precedentes; su respiración ern fatigosa y sn de– caimiento físico muy notorio. Al llega r al soto denominado del i:sario,, los c uatro paseantes descendieron del coche, encomia– ron el paisaje, la placidez de la hermosa tarde y la melancóli– ca luz de aquellos momentos. Sarasate estaha triste y abatido por el mal; para anirnar sn egpfritu, le dijo H 111wte:-Este ern mi paseo favorito cuando convalecí de mi pulmonía última.– y Sarasate con una sonrisa amarga le 9ontestó.-V. se curó, pero yo no me cnraré........ . Trnnscurrieroil fa mitad de Julio y todo el mes siguiente sin m{ls que alguna intermitente fatiga ó dificultad en la respi– ración, sin periodicidad fija, antes bien inegular, pero en cambio se sostuvieron con tenacidad las inapetencias é insomnios, no obstante los cuales, hizo una expedición de algunas horns á Bayona; y dnrante l:,t estancia en Villa-Navarra. de los Sres. D. ·Alberto I:Iuarte, D. Carlos Sobrino, D. Ricardo Vi lla y su seí'íora, más otras personalidades, ningún incidente digno de mención obligó al valeroso paciente á manifestar sus recelos respecto al porvenir. Otro signo evidente de que el avance del mal se halhba contenido, fué que el día 2 de Septiembl·e, acompañado de la insigne pianista Berta Marx, tocó D. Pa.blo }11 ,·iolín t111 Ada.gio ele Bach y el Scherzo y Adagio de Golclmarck, con la lllisma perfecci6n y afinado, expresi6n y mecanismo de siempre, á jui– cio de los amigos qne acudieron á aquella fiesta íntima, dis– pnesta en obsequio de ellos mismos. Una sem11.11a más tarde, dedicaba Sarasate á su amigo pre– ferente Sr. Hnarte, la carta íiltima qne este recibió ele aqnel, y dice así: •Biarri tz- Villa-Navarra-9- Septiembrn 1908. Q.uflrido Alberto: Desde que V. se fué hao fü11n entado los calo– res de una manera terrible, y estamos tocios limpiándonos el sudor y hablando únicamente de las calder<1s de Pedro Botero: los \'ioli– nes han vuelto á su sueño interrumpido accidentalmente, y ojalá su dueño pudiese dormir también como ellos; pero por un lado los
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