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-493- de pueblo en pueblo, oleadns de eutm;insmo, de admiración...... · Gl\licia pre.ciencia los primeros éxitos. Espa!la entera le aplaudió después; y el adolcs~l!nte, de triunfo en triunfo, recorrió los Con– servntor ios de músira y las capitales do Europa y América. Y hoy como l\yer, alcanzó el desesperante limito de la perfección, borran– do con atrevida mano el •non plus ultra• ele Paganini, p '1.ra escri– bir quizás maOi\íl<\ en el encantado instrnmento un • no!li me tan– gere» Desde el siglo XV hasta nuestros tilas no sufrió el violín escn– cinlcs motlificaciones. L os elemenlos que constituyen el preciadisi– mo ó insustituible instrumento son tan sencillos y rudimentarios, que solo lns excepcionales 1\ptitudcs de sus ejecutantes ban podido llevarle il ocupar el primer puesto en la polifonía orquestal. L a historia do l:i música consigna en gloriosns pt\ginas los esfuerzos, las perseverancias de habilisimos violeros que si11 las seguras lu– ces de indispensables conocimiemos acústicos acertaron por intui– ción ó instinto con lo qne hoy permanece envuelto en impenetrable misterio que In ciencia é industria modernas no pueden descifrar. Corelli, el gmn Corelli, ennobleció el vulgar instrumento, y t resge– nernciones de·ar tistas parece que agotn.ron todos los recursos y los efectos todos del \'ibrante violln. Lns escueh\s francesa, itnlinna y nlcmann, lllcharon li. porfia amontonando dificultades que vencieron . los discipulos, tras empellada emulnción. El mcco,nismo, la afina– ción, el estilo, fue:·on objeto de madll ro examen y sér ia discusión. El a.reo, el inseparable campaner o del violín sufrió también algu– nas modi firaciones, substituyéndose la encorvada forma por la ca– si recta varilla de la actualidad . Brilló pues el violín merced á tnnlo y tan vigoroso esfuerzo; y rey y senor de la moderna orquesta., encontró en Sarasa.te el sólio de todas SllS glor ias y de todas sus grandezas. L:i. grucin de Leclair, la corrección de Rode, la nobleza. do Kreutzcr, ol tono de Beriot, el arco y In variedad de Viotti, Bai– ll!>t y Allnrd, todo Jo r eune el eximio concertista espa.fiol, herede– ro único de Ja prodigiosa facilidad del \'ehemente P.iganini. ... y del frlo Sphot. Unión y sin tes:s de todos los estilos, ha.y en la inta– ch!\ble ejecución de Sarasnte una sobriedad tal, y un arte tan ex– quisito, que no pudo imitarse ni igunlarse El csrndio es factor importantisimo, indispensable; pero no lo i·esuch·c todo. La pureza., el vol úmcn, !ti calidnd del sonido que ttrrnnca Sarasa.te li. su violín, es un sec.1·eto que él no puede ni so.– br (I. revelar. Violinista de manos de ter ciopelo y músculos de ace– ro, pnrece que ni toca las cuerdl\s cuando en cambios \"iolentlsi– mos de posición no se nota ni el menor r oz:-unicnto ni el mils ligero atTl\stro. Aquel ~irco inacal>ablo desflora armónicos d•~ timbre pu– rlsimo y 1im1>lios sonidos, ó imprime enérgico vigor al brioso stnca– to, sin visible esfuerzo ni afectada naturalidad. Ejecuta en los límites de li\ texitura del violín grupetos e11 a1"- 111611icos, imposibles Frasea con descspernntc corretción, y matizn con !!Crluctor colorido. No necesita e11cordmlttm excepciono.! ni ni·rn!>tres, ni porlt1men– tos, 11i vibra/o.~, r ecursos de ineptas median las, r ei\idos con la vil"– t1~osilcl. Noble y correcto, i11movil la flsonomla, ni un solo músculo
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