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-468- cablc ante la proximidad de conciertos <le compromiso; él no conoció en sus veinte años últimos esa clase de conciertos: tal era el propio convencimiento de su nptitud nrtística, que du– rante la larga época de su apogeo no hnbo menester del tra– bajo privado, en su casa ni en los hoteles: · •Vedle en su casa,-dice uno de sus criticos-dias y dlas sin apercibirse de que le aguarda su viol!n para acudir á un concier– to; entonces, en el instante en que un público inmenso, sediento de ~mociones, le espera impacientado, es cuo.ndo abre apncible y sose– gado el estuche del instrumento enco.ntado. • Nadie creerfa esta inverosimilitud, este apal'ente desden, á no garantizarlo sus íntimos, especialmente su compañero Si1i– més, ~fr. Otto Goldscbmidt, que conoce su alma y le adivina los deseos por los gestos más imperceptibles; ¿sería posible es– ta actitud si nó conociese su hercúleo poder en el terreno del arte? ¿Si en sus soledades no hubiera adivinado que le basta con los propios recmsos para dar expresión al sentimiento? ¿Si no contemplara en su alma, siempre dispuestos á manifes– tarse, los recuerdos y las creaciones que acompañan embalsa– mándola, aquella existencia enigmática? En vista de la importancia que alcanzaron los conciertos dados en Alemania por el inmortal artista, importancia tal vez superior, (técnicamente considerada) {~la de los celebrados en otras naciones, y probablemente debida á la consider(\_ciónque siempre guardó Sarasate al público berlinés, nos hemos im– puesto la tarea. de present.ar un extracto-rest'nuen, que dando idea de la diversidad de los programas, conteste al propio tiempo á ciert.a observación completamente errónea., de la cual se entet·nrá el lector en este mismo capítulo, y en la que se apunta la especie de no ser familiares á Sarasate los ch\sicos alemanes. (¡ ...... !) Abarca este resúmen el intervalo de 1900 á 1908, y se concreta á la capital de aquel pujante imperio: debo á l\fon– sieur Goldschmidt, labor tan interesante, una de las innume– rables qnc el infatigable Sect·etario se ha impuesto en mi fa– vor y ,\ mayor gloria de sn qnerido Maítre. Con orquosta. E l Concierto de Beethoven. El Primero y Segundo conciertos de l\fax Bruch. Lii Fantasía escocesa del mismo. La. Sinfonía española ele Eduardo Lalo. El Concierto de l\fendelsso\m,