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-.J:31- 2." (Sin fechn.) t)rfadrid 18 Marzo 1881) •Inolvidable Sarasate: Ayer recib! tu telegrnma y puedes figu· rar te cun.nto me rei al leerlo; ya te estaba viendo de primer espn.– dn. y á Otto de segundo. Excusado es decir los botellCtzos que reci– bil'iais si sn.lierais á la plarn. Yo te mandé el telegra,ma que sabes, porque tu primo el fan– tástico lVIiguelillo el simpático, vino al hotel á verme y me aseguró que pasado mi;,liana Domingo, había una eorridtt de toros y el mn– tador principal es Angel Pastor , tu ¿\migo; y por esto y por el de– seo que teng.o de que vengáis tú y Otto, os o.visé, deseando que os animéis i\ venir . Sigo viviendo donde siempre, Arenal .J:; Hotel de Oriente, y mi patrón os tiene ya reseryado vuestro saloncito por si lo queréis ocupar. Nada mi1s por nhora,, sino que veng,\.is cuanto antes, desea \'llestro !eal amigo y admirador. Dámaso Za11alza. • Otrn prueba de sus cle1'ociones t:tnrómacas se encuentra en el rebt.o sig·niente qne su íntimo amigo, el inspirado pintor Don José Llaneces, me proporciona de las corridas q ne cu París presidfa Sarnsate: •Tenla yo un perro de caz¡\ á quien lliuuabamos Lolo por el cunl sontla Don Pablo un C<Hiiio grande. Siempre que com!a yo con Sarnsa.te, tenia que llenw a.l perro, ordenando aquel que lo fuese servida al can una comida especial, celebrttndo al tiempo sus gracias y monerías. Después del almuer– zo se organizaba. una corrido. de toros con el buen Lolo que, como comprend iendo su doble P<tpe\ de espaliol y na\'arro que era, 11.cu– din. como 1•n Vcragnu !t. ¡,, s serY illetas, con una brnvur:i y un de– nuedo que para si lo quisiernn algunos de los bueyes que pisan los medos ele nlgunns plazns Sarasa.te presirlia, Eugen io Ferraz y yo nctuábamos de espadas, imitando suertes de los astros de la tauro– maquiil. que más brillaban por a.que! entonces: Guerritn., Fraseue– lo, L<igartijo, Mazznntini ¡qu6 se yo Jos n?lausos que les tenemos ganados! El público era todo de artistns y personas de renombre. El malogrado Delsart, Diemer, y otros Yarios, algo tienen reido cou nuestrns corridas de toros. Total : Seis ó siete servilletas des– pedaz;\das por Lo/.;, un buen rnto de regocijo, un recuerdo ll.mable de la pe.tria, al tiempo que se lln.cía uno l:t ilusión de hn.ber presen– ciado una corrida de veras, y un mentís á los qu_e se creen que las distracciones de Jos artistas son de muy distinta especie y color á la que refiero.• De st1 afición á lii bastoncrfa, d~t idea el relato siguiente, que encuentro en un periódico extranj ero: ·El insigne violinistn, que nadtt tenía de 1·1•nidoso y mucho de simpfttica sencillez, no usaba joya algunt\ de hu; infinitas quepo– seh, testimonio ele udminición y agradecim iei1to de alicionados
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