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-424-- desmen tía n de las aludidas apreciaciones, las cuales no pasa· ban de ser una de tantas ocurrencias festivas, tan humorísticas. como otras varias que se citan en estas páginas. Otro de sus inmemorables pretestos para provocar ln hila· ridad entre sus contertulios consistía en remedar :\. los odeones: "Sale el sol..... - cantaba el pl'opio Don Pablo-sí, sí, ya sale, que sale.... ya, ya..... ya sale.....¡--repetía la frase musical á bo· ca cerrada, y de repente, con voz estentórea exclamaba- ¡Hu– rra victoria..... ! y todavía no ha salido el sol,, Pero bien sabemos que en muchas ocasiones se ha preocu– pado él mismo de estimular estas sociedades corales y fome11- ta1· sus estudios, procurándoles sanos consejos, dotándolas d12 ru1ísica selecto, recomendándolas con eficacia; con lo cual des– mentía la aparente indiferencia que de r.quella cita se despren– de. Su protegido colega Don Rafael Díaz Albertini, dice á este propósito lo que transcribo: •Para los que tuvimos la honra de contarnos entre sus lntimos, Sarasate erael tipo perfecto del •bon gnr9on»: su conversación era jovial, saturada de gracia espaílola y del esprit• francés. ¡Cuantas horas amenas tenemos paimdas en las casas de nues– tros amigos S11iot-Sa~ns y Durand, (duP,no de la casa editoritil don– de nos reunlamos semlllrnlmentc) para solazarnoR y hacer música! ¡Cuantas expresiones de alegria, frau cns y ruidosas, debemos al inagotable verbo festivo, á la ingeniosn. conversación, Ala rica imaginación de Sarasate, facultades que no estaban reser va.das pllra cuando tocaba su stradivarius divinizado en sus manos, sino que lucian igualmente en sus cuentos y diAlogos, donde mostraba además, su gr!l.n dominio de la lengua de Moliére.• En uno de sns viajes á Nueva-York, le visitó un redactor de cierto diario de gran circulación. Sarasate na rraba así la en· trevista: -¿Qué le parece á V. nuestro país? -Qué que ha parecerme? Muy malo, hombre, muy malo. Pero como yo no he venido más que para ganar dinero y lnr– garme enseguida..... - Qué opina V. de nuestro arte? Que aquí no hay arte, ni lo habrá nnnca. Ustedes no sir– ven para eso. Aquí no hay más que máquinas y mecánicos, y trenes, y muy grandes casas¡ pero artistas? ustedes nunca serán artistas. -Y nuestras mujeres? -Muy feas hombre, muy feas..... En fin, le dije todos los horrores imaginables de su tierra.... la verdad.....porque todo a,quello era verdad... .,Trenes, máqui-