BCC00R42-6-180000000000000000

--Hó- r.1tyendo en pliegues artísticos en la cazn..clora. Referín.me sus viajes y sus triunfos... = Pero ¡011!--exclamó-toda esa gloria la cambio por Jos vítores de mi Navarra. ¡A ella la amo sobre todas las cosas! En ella quisiera vivir: en ella haré que me entierren!... Y eu la majest:v.1 de la. tarde arrullada por el uu1.1· verde é in– quieto, Surnsate miraba allá ii.bajo, bacía. su N;wnrra, hacia la tierra en que posará sus labios con el beso etern~ de lo. mnerte. > Ern muy latino (consecuencia lógica de sn patriotismo) y después de navarro, muy fran cés. Esta fné una de las razones para que hiciese de Parfa sn residencia central, su habitual es– tancia, fuera rle ,- ern.no y campañas. Allí ten ía sus grandes amistades, á hi ciibeza de las cuales fignrabfln Saint-Saens y Diemer, el admirable pianista: p ero todas esas amistades, todos esos afectos piilidecían, cnando Sa– rasnte en P111·ís 6 en cual<-st¡niera parte del mur.do encontraba un español, y subía de pnnto su satisfacción si el corup:itriota le era conocido ó se preseutaba con umt sencilla. ta1jeta de quien con antelación hubiese est.recbado la mano de Sarnsate. E l propio autor de este libro puede dar fé de ello por sí mismo sin apelar á agenos testimonios; habhu á nn espa1'íol fuera de E spaí'ía, ó á un navarro fu era ele Naval'l'a, colmaba la !'atisfac– ción, invadía de luz el nlma de Don Pablo Sarasa.te. Y €'::.ta vivísima satisfacción subía de punto, si la presencia ele! compat.riota se re\·elaba en pleno concierto con uná fra se cirnlesquicra como acaeció repetidas veces. En los capítulos de Alemania é Ing-httcrra he citado casos ele esn índole, que qne– daron para sie111p1:e impresos en la memoria del gen ial artista. Lo que no se experimenta en la propia Nación, esas sacn– didas fotima s qne aquí se ;1eallau poi· temores ó respetos hasta cierto pnuto justificados, se traduce en irrésistible impulso pa– triótico nl encontrarse rodeado de otras razas; pero con ningún otro artista espní'íol ni extranjero se lian manifestado tan briosa– mente esos impulsos patrióticos, debido ta l YCZ á que ningún esp.aíiol ignoraba cuan despierta, cuan sensible se hallaba siempre en Sarasate la librn patriótica. De estn. suerte el violinista sin 1fral, constituyó de hecho una bandera, una gloria de E~paí'ía en el extranjero, y una gloriii de Niwarra en E spa í'ía; y cada espaíiol que asistfa en otras naciones á un concierto ele Sarasate, como cada navarro que en otra. pr0Yi11cia de Espaiia le Y<~fa acforoa<lo, no ¡;olo te– nía In certeza de su superioridad respecto á los demás oyentes, sino q11e se envMec'ía de su origen y hubiera querido gustoso ostentar en su frente el rótulo de su 01·igen.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz