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-414- "La Lectu1·a dominical,, en un hermoso artículo necro\6gi · co, recoje así mismo este rasgo saliente en lassignientes Hueas: •Rasgo genial y muy simpático de su c~irActer ern el amor Asu tierrn. Combinaba sus contl'<\tns de modo de no tener compromiso alguno por San .l!'ermin, pues en tal dia nada habiiide impedirlo ir APamplona á tocar en la solemne función relig iosa; era un tribu– to de fé, un cántico de acción de gracias por los beneficios que le habla dispensado Dios durante el afio, y A la vez 1111 recuerdo de sus días infantiles, y de nmor á su tierr.~ y Asus paisanos. Los pamploneses miraban ya esta peri<idica. aparición de Sara– sate como uno de los números obligados de las fiestas de S:in Fer– mfn, y le dispensaban la más afectuosa acogida; todo Pamplona se convertía en una fami lia inmensa para recibil' y festej¡i.r <\ su hijo predilecto. Snrasate vivla como cristiano, y es de esperar que Nuestro Sefior le hnya llamado en una buena hora.• Hacen también relación al pat1·iotismo de S :1rasa.te las líneas siguientes, qne recorto del " Diario de la Marina,, de la Habana: •Un hombre así, una vidt\ de tan grande, sobre todo de tan vis– tosa fct·tuna, por alguna parte babia de acontecer que los rnstro– ros sentimientos envidiosos abriesen brecl111. A fuerza de roeduras: Jo. brecha fué el patriotismo. A Sarasa.tese le ba tildo.do de poco espM\ol. ¿,Sabéis por quó? Por vivir en el extrn,njeco. ¿Pues dónde habla de vivir este hombre que iba esparciendo nombre, alma espafioln, por todo el mundo? ¿Serla un artista mundinl si no hubiera vivido por los caminos del mundo? ¡Qué modo casero do entender el pittriotismo! El patriotismo de este artista, festejado de reyes, aclamado de públicos, tiene una nota de honda. ternura. Todos los anos, al lle– gar la época de las fiestas de Pi1mploua á San Fermín su patrono, Sarasato, con su violln b<tjo el brazo, alli so presentaba. De donde qnil'ra que estuv:cse. allí acudhi. Para eSti época, que no contaran con él los empresarios, por muchos dineros quo le ofreciesen. A Pamplona se ibn, y nlli en su tierra natn.l oianle sus paisanos sin previa contrn.ta , sin empresario. Preguntadle i\ un pamplonés si era ó M era pa1riotn. Sarasa1e. Y la Jota, aquella divina. jota. navarra que su mágico arco hizo resonar, entre ,·11ronil y quejumbrosa., por el mundo, i,nO era ¡ay! el nostálgico canto del patriota? El patriotismodeSarasate.... il\lu– chos como él!• Francisco AcelJal. El cronista Don Darío P érez, describía níios atrás algunos rasgos de Sarasate en un diario de San Sebastián, y refii-ién– close al que ahon\ nos ocupa se expresaba así: •Hace seis ó siete alíos habl:tba. yo una tarde con Sarasate en h\ terraza del Casino de San Sebastiá.n . El gran n.rtista paseaba allí contento, bajo un hongo de copn. cu,\drnda, con sus melenas abundantes, su rizoso bigote que fuú negro, y el lazo de su chalint~

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