BCC00R42-6-180000000000000000

- 407- Esa condición de distraído en g rado notable, la tuvo tam– bién el genial violinista, de niíio, de joven y en edad madu– ra, en sn vida pri,•adn. y auu en la artística: en la primera car– ta. que Sarnsate hijo escribe á :sil padre en viaje para. Madrid, le despide tituli\.nclose "w umigo :>, Varias cartas de los años 1880 ií. 1892 q ue Pablo tlirige ú su primo querido Baldomero Navascués, contienen 111 propia despedida. En cierta ocasión, allá por los a.f'íos 1878 6 siguiente, coin– cidiendo una inexplicnble parsimonia de Sarasa.te al contem– plar cierto pnesto de tosca vasijería en la feria de Pamplona, con la escasa habilidRd típicn de nnestra policía oficial, estuvo el maravilloso artista i\ punto de se1· conducido á la cárrel, co– mo si fuera el autor de una susfracción que cierto extranjero había ejecutado en el hnmilde tenducho de 01·dinaria cerámica.. Cuando Don Pablo se enteró del entredicho en que le tn,·o la policfa, rcfase á mandíbula batiente y cleplornba no se hubiese consumado el hecho, para coutar entre sus muchas aventuras, la de haber sido encarcelado en Sil prnpio pueblo, circunstan– cia que hubiera impreso al incidente, marcnuísimocarácter có– mico. Si bien Sarnsate no daba lecciones, se le encontraba siem· pre dispuesto fl aco11sejar y animar á los jóvenes en quienes él de~cubrfa llama del gé11io, laboriosidad, alguno de los factores precisos para destacarse dd ordiirnrio ni,•el: •En cierta oca-sión - dice Sir i\Iackenzie-le supliqué se dejase oír de los disclpulos de la Real Academia de .Música; en el neto me replicó:- ¡Oh la juventud! Si, sí; iró y en buena compal\ia.• En efecto, el 2 de Novieml:irc de 1889 en unión de la ad– mirable pinnista M<lme. Berta Marx de Goldschmidt dió en los salones de nquel centro docente una soii·ée memorable, en la cual se puso, además, de manifiesto, una de sus cualidades, que no debe pasar en silencio: su serenidad, su imperturbabi– lidad, compensadora oportuna de sus frecuentes distracciones. E l incidente á que aludo, lo describe Sir A. Mackenzie, con las siguientes palabras: •En el primer número del programa a.parcela mi Concierto, que acompalié¡ haciendo honor á su inveterada distrncción, motivada, de cier to, aquel día por las muchas cabezas de jóvenes, carinosos colegas reconocidos que, concentrados á su a lrededor, bablanle saludado con en tusinstns frases y formidable sal va rle aplausos, é identificado en sentimientos por el arteconnquellajuventud quele ndmirabn, no pensó un poco en Ja parte Aél encomendada, y CO· menzó la ejecución una octava más alta que lo escrito: Oyéndole tranquilamente seguir , no se me ocultaba que muy pronto se ha-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz