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-~59- seo ele evitar aquellos homenajes de carifío que el pueblo de su cuna le tributaba al recibirle anualmente cargado de glo– rias y laureles couqnistados con su géuio y talento insupera– bles en todas las naciones de Europa: «Biarritz 26 Junio 1906. Q.uerido amigo Huarte: Ilecibida la suya esta mafürna, me apre– Sttl'O á mandarle. mis prognunas adjuntos. En el primer concier to va 11l Ra1>soclia astw·iana de Vill11>, á pe– tición, porque lo pido yo y t.:ngo lo. seguridad de que el público la volverá á oir con gusto. En el segundo va el Conciel'lo de Mozart, seis tiempos, que van VV. i\ oirme por primera vez; es el más lindo de los tres que el in– mortal compositor ha escrito par•• violín, y lo estoy recordando después de tantos arios que Jos teni<1. abn11donados. por una de to.n– tas transformaciones como he hecho de mi repertorio. En el tel'cero he puesto la Sel'enata melancólica de Tschaikons– ky y el Tango que rue dedicó Arbós; 1imbns son primera audición. Tengan ojo cou el nombre de Tscho,tkousky, que se imprime siem– pre mal en Espa11a; es verdad que parece lleno de espinas. En el cuarto pongo dos obras mías conocidas, pero no puede ser todo nue,·o en atención á que siendo las ocho obras con orques– ta tendrían que ensayar mucho; no es precisa arpa más que en el 'l'a»go de Arbós, pero 1:1 parte es muy sencilla. Dlgale ¡\ Villa que ncepte mi hospita.lidad en •La Perla•; me sobrnrán habitaciones; mi herrn:\na Micaela está en Madrid, deli– cado,, no podrá venir; que ocupe uno de los cuartos que me están reservados y tomarii sus comidas en mi rinC'.ón especial. Estamos en el mismisimo cráter del Vesubio; si esto continlia en crescendo, nos volveremos tan negros como nuestro Santo Pa– trono, y los pobres violinistas tendremospor fuerza que cambiar de instrnmento: toca.remos el pito en mí bemol. Un abrazo á cada Corporación, y un tercero á V. e n particular. Suyo, Pabfo Sm·asate. Déjeme V. llegar con so,.dina: un grupo de amigos nada más; !qué gusto me darín!• Al llegar {i esta capital el año á que me vengo refiriendo y hacer su entrada triunfal en el nativo pueblo, dett'1vose la co– mitiva que acompañaba á Don Pablo desde la estación al Hotel, ante la casa residencia de la familia. Huarte, la cual esperaba en el portal el paso del g.. au a rtista; el anciano Don J osé Ma– ría H narte regaló en aquel instante á Sarasate una preciosa pluma de plata, acompañadade lasiguiente quintilla dedicatoria : •Pluma que vas á parar á manos de un gran vascón modelo de inspiración : Plegue á Dios llegue á trazar su mejor composición.•

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