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-336- ponder al entusiasmo de los pamploneses, permitiéndoles el supre– mo goce de convertir •la entrada de Sarasate• en el número más saliente, más grande y más profundamente suyo de las fiestas . E l pueblo en que nació V. E. no se co11tenta con verlo: quiere abrazado; quiere recibirlo con ostentación; quiere que entre el ruido de los cohetes y las notas de las músicas y los cantos del Or– feón, se destaque potente y lleno de entusiasmo el g rito de ¡Viva Sarasate!=Y yo como Alcalde de Pamplona, como Presidente de su Municipio, que es In genuina representación de este pueblo, que tanto quiere á Sarasa.te = Suplico á V. E. que acceda á nuestros deseos y se digne fij:tr la fecha de su llegada par¡> qne se cumpla la voluntad del pneblo.- Dios g·un,rde á V. E. muchos anos para el arte que es universal, y sobre todo para Pamplona qne consti– tuye el verdadero ejemplo de amor, donde se rinde culto á V. E .= Ptimplona 22 de Junio de 1901.=El Alcalde Presidente,= Jnvicr Arvizu y Gorriz.=Excmo. Sr. D. Pablo Sarasate.• Contestación de Don Pablo Sarasate á la carta anterior. •Biarritz 25-6-1901=Excmo. Sr= La lecturn de la cnrtayue,en nombre de la Corpomción que dignísímamen te preside V. E . se ha servido dirigirme, me ha producido emoción tan profunda, que por ella juzgo la que bo.bia de causitrme Ja reproducción del testimonio de nfecto que mi querida Pamplona da cada o.no a.I menos merece– dor ncaso, pero al más ,:i,gradecido sin duda, de sus hijos=Yo rne– go á V. E. que me permita decl inar Jo que, si es honrn altísima paro. el artista, es prncba. insuperable par:\ el hombre que, á tuer– za de vivir sintiendo á. su pueblo, tiene el corazón pletórico de g rci– titud, y el llamar una vez más:\. sus puertas serla exponerse á que no pudiera responder; y yo deseo vl'.·ir lo más posible para poder seguir yendo todos los afios i~ dar it mi Piimplona hnsta el último fulgor de mi inteligencia, y consagrarle el ú!timo suspiro de mi vi– da. Suyo s. s q. b. s. m.= Pablo Si\rns<\te=Excmo. S r. Don Javier Arvizu.• ¡Cuan triste es el considernr ahora q11e esos vivos deseos del artist;i inmortal se han cumplido, y qne ciertamente, i:f116 para su Pamplona el último fulgor de s11 inteligencia,,, al ser pnra nosotros su último concierto y tal vez el más memorable ele ~n vida, por haber sido el de su glorificación attística! Las c uatro solemnidndes musicales qne constitnyerou b sé1 ie de 1901 alcanzaron un relieve urnyor que el de ordinario, no solo por lo selecto de los programas de Santa Cecilia y el Orfeón, y por la participación de Sarasate en todas aquclhis, sino acle1mís por la pre:;cncia y colaboración de ~fadanH:: Berta Marx y de Ml'. Otto Neitzel, Pt"otesol' del Conserrnt. orio.de Co– lonia, Doctor eu filosofía, fecundo escritor alemán, antiguo y

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