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- 9- de Mercufio y Orfeo, cuando llegó á mis manos un número del se– manario gallego •A' nosa te1"ra• en el cual vi confirmado el relato de Don Pablo; pero esclavizándome siempre ante el esclarecimien– to de Ja verdad, y más cuando los hechos por alguna. anomalla ó ra– reza, como en el caso presente, lo requieren, practiqué activa.men– te gestiones investigadoras que han corroborado plenamente lo que dejo expuesto, y que.debo en primer lugar al Sr. Don J. Tetta– mancy, de Ja Corufia, quien con galanteria muy estimable, me ha. proporcionado superabundantes datos, de Jos cuales resulta que Alvarez tenla varios discipulos, entre ellos un Manuel Berea, fun– dador de un establecimiento musical que subsiste en la Capital de .Ga.licia; que las lecciones tenian lugar en la trastienda ó almacén, de donde surgin Ja precisión de simultanear las tareas didácticas y las mercantiles; que el comercio de referencia ha desaparecido po– cos anos hace, porque el edificio, situado en una esquina de la calle hoy denominada •de Ja Alameda• fué derribado para. erigirse en el mismo Jugar el actual Hotel de Francia; que el Don Manuel Be– rea ha sostenido hasta hace poco tiempo relaciones amistosas con su condiscipulo Sarasa.te; y que cuantas veces ha estado éste en La Coruña, durante las dos décadas últimas del pasado siglo, ha tenido especial complacencia en evocar y refrescar, sobre el terre– no, los recuerdos de aquel a.prendizaje, consagrando de paso un ca.– rifioso saludo iil veterano y achacoso preceptor, que no se habla borrado de su feliz memoria. A los ocho años cautivaba en Coruña á cuantos tuvieron oca– sión de oirle; calificábanle en público de •artista ,en miniatura;• con cualquier protesto se le detenía en las calles, se le hacía salir al balcón, se le invitaba á tocar en público, se le escuchaba con febril curiosidad y ardiente entusiasmo; repetianse á cada paso los encomios calurosos y ovaciones populares. Fué por entonces cuan– do en el Teatro de la. Corufia tocó cor. notabilísima bravura y afi– nación intn.chable, unas variaciones sobre moti\•os de la •Gazza Lad1·c1• (La Urraca ladrona) con acompañamiento de orquesta; la Condesa de E:>poz y Mina, entre los vitores y calurosas felicita– ciones que padreé hijo recibieran, les mandó llamar y ofreció al primero el auxilio pecunia.rio que necesitase para que el prematu– ro violinista marchara á centros donde hábiles preceptores enca– minasen con el mayor acierto las singulares facultades que el nifio evidenciaba. (a) Coincidlan tan generosas ofertas con las que se delineaban en– tre- la oficialidad del Regimiento cuya banda dirigla Don Miguel Sarasa.te, según se desprende del relato que leo en la revista •Sa– rasate- 1908• hecho por un veternno hijo de Marte, el 23 de Mayo último, con ocasión del concierto dado en Zaragoza por nuestro ce– lebérrimo paisano: "El nombre del glorioso artista estaba en todos los labios. Un murmullo de admiraciones y alabanzM flotaba en el ambiente. El asombro no hallaba (o) Alll por el ano 1882 nos referla el anciano Don Miguel que au hijo, acostumbrado & acostarse i hora temprana., se caía de suti'i!.> la noche de ue su primer concierto en público, y hubo que entretenerle con dulces, para qu.c resistiera despejado hasta que llegó el momento de preaentarse al auditorio. .
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