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Capitulo 8. 0 NAVARRA. PREÁMBULO. ~ . ~ · los sentimientos á cual más vivos, intensos y ~/J. ¡entusiastas embargaron pujantes el nobilísimo _ ~· 1~echo del art~st~ sin rival: el s~ntimiento artís– ~~-~~· ~t1eo y el patnótico. Sería preciso poder mate- rializar ambos pa1a obtener Ja dedu~ción incontrovertible de á. cual de estos corresponde la supremacía; pero siendo impracti– cable en tales términos la comparación, habremos ele convenir en que ambos amores invadieron por igual el alma de S~rasate, y que armonizados los dos, pudo aq uel hombre ostentar con tanta justicia ant(el mundo el título de Rey del violín, como ante Pamplona el de Hijo predilecto. En el amor de Sarasate á su pueblo, alguién habrá supues– to qne cupiera e.l apelativo de exageración; que se d<'.ljara sen– tir un impulso de amor propio; que funcionas~ el r esoi:te del orgullo. Sin pretensión que sería inmodestia, pero con íntimo convencimiento que se fonda en la lógica y en la observación y estudio que he hecho de aquel ser previlegiado, asegu·ro que el amor á la ciudad nativa, tan intensa y vigorosamente senti– do por Sarasate durante toda su existencia, ananca de una vi1·-

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