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-293- trumen ttil un contrnbnjo nuevo y sin bar11iz11.r todavla de suer te que siendo de maderr. bl3.ncii, formnb3. g1·an contraste ~u claridad. Entró Stiras3.te en la snla Lope de Veg:i pani ensayar !!"n nos– otros, y lo primero y único que vió al ponerse los lentes, fu écl con– trabajo blanco; no se fijó en más; dedujo, con su \'ehemencia ca– racterística, que todos los instrumentos eran blancos y en el acto dió medio. vuelta diciendo á Otto; •yo no toco con una orquesta blanca: V. me acompanari\. todo el concierto.. Siempre recordó es~ detalle y jamás pude convencerle de su enor-dice el amigo lbarguren. TOLEDO. - - +-- Un sil.hado día 9 <le Abril de 1881, tuvo la imperial 'role· do la dicha de escuchar (\ Sarasate, que en unión clel inolvida– ble y genial Don D;\nrnso Zabalza, P rofesor del Conservatorio Nacional de Madrid, dió un concierto en el 'l'eatro princip:H de aquella ciudad. Ln fiesta tm·o carácter benéfico, como que los productos se aplicnron íntegros á los pobres de la loCAlidad. Don Pablo y Zabalza regresaron á Madrid satisfechísimos por las ovaciones y gratitud <le que fueron objeto f. luego de la bri– llante audición¡ y enc1111tados además por 11\ contemplación de los inagotables tesoros artísticos y arqueológicos que encierra la sultana del Tajo. Don Pablo fu é obsequiado con un magní– fico reloj cuyas tHpas de acero pavonado, ostentan preciosas y delicadas incrustl\ciones de orv, con la dedicatoria en el anver– so y atributos musicales en el reverso, ai·tística y elegantísima alhaja qne le regaló la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de la ciudad imperial, por corresponder á dicha Co– misión la iniciativa y gestiones de aquel concierto. En la acre– ditada fábrica de a rmas de T oledo fué ejecutada la primorosa labor reseñada. Este objeto es uno de los muchos recuerdos de Sarasate que vendrán á figu rar en el Museo del predilecto hijo de Pam– plona, como también una hermosa cigarrera de acero, produc– to de la misma fábrica y regalo de aquella capital. SA NTANDBR, SALAMA NCA, BURGOS, L~ON. L a correría de 1886 por España alcanzó además de las ca– pitales que en sn lngnr respectivo he mencionado, á Santander,