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--8- se encuentra trasladado al Regimiento de Murcia núm. 37, pasan– do á la guarnición de Ja capital gallega.'.(a) De esos casi consecutivos cambios de destino, algún biógrafo ha deducido que D. Miguel Sararnte en castigo ·á ideales antidinás– ticos, babia sufrido molestias y vejaciones, llegando la fábuln hasta presentárnoslo detenido en las prisiones milita1:es de ltt Corte, de donde el visionario Esopo afirma que fué extraldo, porque así se lo rogó el hijo á la Reina D.• Isabel, cuando a.dmirada ésta de la pre– cocidad artistica del nifio, (el afio 1856) le invitó A que pidiese lo que más quisiera. Hago constar que todo ello es pura fábula sin el menor asomo de verosimilitud, y prosigo: instalada la familia Sarasa.te en Ja Co– rufia, otro nuevo preceptor hubo de encargarse de la ensefittnza. artística. del jovenzuelo; y me voy á complacer en referir minucio– samente esta tercer:i. etapa de la educación musical de mi biogra– fiado, por las extrafias, chistosa,s circunstancias que en ella concu– rren y porque son desconocidas de la inmensa mayorla de los lec– tores. Escudado por el compafierismo profesional, se avistó Don Miguel Sarasate con el Sr. Don Canuto Berea, ;!,tirector de Ja or– questa del Teatro principal de la Coruüa y desde luego le expuso el grande interés y excepcional cuidado que se imponla al designar un violinista. que se encargara. de proseguir aquella educaciórr ar– tistica, designación que, sin embargo dejaba A Ja iniciativa delco– lega. Dando ó no á. la demanda, la importancia qne realmente tenia, fué elegido al efecto el violln concertino de la mencionada orques– ta, Don Bias Alvarez, quien tenia de su ,·ater artlstico tan elevada idea, que según testimonio muy o.tendible, jamás omitía su gran sombrero .de copa al dirigirse al Teatro, con su violin, á ocupar su interesante puesto. Sarasa.te ha referido algunas veces á sus íntimos que su único maestro de violin en Cornfla, era dueflo =de una tienda de comesti– bles, la cual atendía con tanta solicitud como su cargo de primer violin en la Orquesta del Teatro; de ese hecho, de recuerdos que conservara, de su rica imaginación, tomaba pié Don.Pablo para re– ferir en su tertulia cuan pintorescas eran las lecciones que á. lasa– zón recibla en la trastienda del establecimiento, por la frecuencia con que se velan interrumpidas ante las 'demandas de los parro– quianos que á los gritos de •media libra de bacal.ao •, •dos cuartos de pimienta•, reclamaban la presencia de Don Blas-Alvarez, razón social de..... la escuela de música de Pablo, el cual;:~migo siempre de la verdad, cerraba su relttto, asegurando que Don Bias sabia tocar el violín, mejor tal vez que pesar bacalao ó empaquetar pi- mienta. · Conservaba mi memoria, tal vez por lo extralio, ese maridaje (a) Adivino la extraileza de algunos de mis Jectoret al no encontr•r en estiu linaas, cita– do elRegimiento infantería de Aragón, mim.21, toda vez que cuantos biógrafos de8arasate bao meneiontt.do al p&dre de &.ate, le hao hecho figurar exclusivamente, como musico mayor de dicho :ijegimiento. Para completo esclarecimiento a.e ese •%tremo, debo hacer coutar que, efectiva– mente, Don Miguel Sara.sata desempeiló ue cometido, pero que ello oo tuvo luiar ha.ata fines del ailo 1857, en cuya fecha aquella unidad militar se ballabs. de guarnición en V~leocia, donde Don Mjguel recibió la D)Uy satisfactoria y esperada noticia de que su hijo habiA obtenido el primer premio do vioUn del Ooneervatorio de Paría.

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