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-270- ó comprimiendo con sus manos de color de nrcilla las gruet<as ubres de la vacn, 6 portil!1Hlo en el monte el espinoso tojo, no bien oye á lo lej os el gemido agrestt! y melancólico de In gaittl y el regocijado son del tamboríl y el pnndcl'v, su el tn la. hoz de la siega y, loca de nlegda, llama á sus rapaces y se pone á b11i– lar con ellos la tradiciona 1 Jfuii'íeira' pegnndo sendos r descom– pasados brincos á la sombr:i del castañar hojoso . Si alguna vez, ¡oh, gran violinist;\!, me encuentro enfel'mo y pobl'e, sólo y triste, y odindo, de todos, en extraifa tiel'ra, tl'a· gando la hiel de la nostalgia, llevando en mi rn:itro la marca patética de ht fatalid ad irresistible¡ si n.lg1'1n día, lejos de la tierrn donde se habla la lengun en qu e me cnseíiaron Ít rczal', me encuentnls, bn;jo un cielo plomizo, v11gando por solitnrios senderos, y deshaciendo poco á poco el o,·illo de hilo de mis ardientes afanes, de mis frustrados ensueiíos, sin horizonte de– lnnte¡ sin recuerdos detn\s¡ si algún día. ¡oh, Snrasate!, me en– cuentras así, saca entonces de la caja tu Strarlivarius, ejecuta los p1·imeros compases de fo. nnebatadora :lfuiíleirn, recuérdome la qu~jumbrosa gaita de las romerías gallegns, la alegro pandere– ta de las Zambras mo,.iscl'ts y de las Juergas andaluzas, y el tamboril fanfarrón de las Fiestas vasro11gailas, y a.1 rocihil' yo en mi atormentado e~píritu esa limosna. d!l arte, nsí como In Magdalena limpiaba con su cabellera el polvo de los piés de Cristo, tu limpian\s mi alma de las impnr1nas del mundo mi– sernble, y volvenín á ella, con el ceo de tu instrumento mági– co, las rememhranzns de la edad floricln, las canciones alegres y los sueilos azules..... FER.ROL~ SANTIAG. O ~ PONTEVEDRAi YIG.O, ORENSE. ~~~~~-~e--~~~~- El día l G de Septiembre de 1886 por In mañana snlió Sa– rnsnte de Corníin, 011 coche, con dirección al l"errol, regresnn– dn el 18 también tcmprn.no , y haciendo el ,·iajede ida y vnclta. en el pescante, costumbre que nunca omitía, especialmente si el earruaje era cerrado, justificando su predilección hacia ese osicnto, porque de otni suerte no i;e contempl::tn r~ satisfacción lo!\ paisajes. En las no.!hes del 1 G y 1 7 Cl'lebró en el F erro) do!\ conciertos, de cuyo éxito hnelga. ocuparnos. Sus admiradores fe rrolanos organizaron una brillantísima serenata de lnrga dnracióll, obseqnio en el qne tomaron pnrte
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