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-267- on1ció11 á un al'tishl iluslre con ta.u ingénuo entusinsmo, como lll polltico que mejor sepa mover..... ó explotar sus pasioues; acaso con más. i::>urusate no llevo. en lti caja de su violfn otrns recomendacio– nes que un torrente de célicns armonías; b vcrdt\d es que tampo– co necesit;J. más parn que en el muudo entero le quieran, en Espa– nn. toda, le veneren .....y en su Pamploni1 le id~Jntren. ¡Su Pamplona! También podríamos uecir •SU Corufia• porque Ja Capital de Galiciu tiene mucho de cuna para Pablo Sarasa.te..... Aqni corrieron algunos dlas de su inf.1ncia musical, y a.qui conoció sin duda, antes que las presentes lozanlas, las pasadas arideces de la vida. Snraslite es parn nosotros al par que una gloria nacional, un nntiguo conocido. Al dar cuenta de su llegadn y al apercibirnos ñ ofrle esta noche, entra, p11es, en nuestro saludo, tanto de caril'losa confraternid<td, como de entusiasta admiración. • El mismo periódico clió cuenta del primer concierto en las líneas que á continuación transcribo: •No es po:Sible anunciar con menos bombÓ las audiciones que inauguraron anoche en nuestro teatro los dos eminentes concertis– tas Bertn Marx y Pablo Sarasate. A pesar de esto, los aficionados A la música, qne deseabnn cou vivo afán olr . l\ los renombrados artistas, acudieron a l coliseo de San .Jorge, llenando sus localida.– des, para procurarse el place1· que, por desgl'l\cia., es rarísimo en La Corulía, de conciertos tan selectos. Las audiciones de la ~'ira. Marx y de Snrasnte serán verdaderas fiestas para los amantes de hi buena música, á juzgar por Ja de iinoche. De su grande éxito y del entusiasmo que despertaron en Jos oyentes, forroarán idea uuestros lectores con solo decirles que, para acallar Jos aplausos unánimes y Jos bravos y aclamaciones de todo el público, f'u ó pre·;iso que tocasen uno. grnn cantidad de obras que no figurnbau en el programo.. De Jos dos eminentes artistas que nyer entusiasmaron á nues– tro público, hahfa un desconocido, y otro al cual ya se babia ad– mirado en época-110 lejana. Con justicia goza en el mundo artlstico la Sra. Marx, Ja repu– tación de que viene precedida; pianista de ejecución brillante y de ineprochable ruecñnismo, interpreta de un modo singular y asom– broso los distintos estilos, prncticando el principio de que el artis– ta l¡ue interpreta, no debe imponerse á las obras, y si por el con– trario poner al servicio de estas, su inteligencia y sus dotes, parn que de estit conjunción l'esulten el encunto y la poeshi,quesoloson pa1rimo11io de Jos elegidos. Del ilustre artista. cspnllol ¿qué h<imos de decir? Hablar de Sa– rasate es mentar al concertista espaliol más universalmente aplau– dido y ttdrnirado. Su prodigioso mecanismo, que sabe \encer fácil– mente las mayores dificultades, le declara sin rirnl; y en este pun– to C'S posible que ui el mismo Paganiui le baya. ::mperado. Por otra parte, interpreta con igual dominio las obras de los clásicos que un aire popular, y en una palabra., con Sarasa.te se ha agotado yt\ el cnudal de Jos elogios on todas las lenguas.

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