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-2-57- Por esto sube de punto ca.da día más el entusiasmo de la concu– rrencia que asiste á los conciertos que se dan nctualmente ·en el Llrico. Y todos cuantos oyen á 1$arasate una vez, se sienten a.traf– dos por él, como el hierro por el imán, y as! van de él en pos con el propósito de no perdf}r una sola de la.s notas mágicas que arran– ca do su poderoso sti-adivarius. Sara.sute, á su vez, clobe haber comprendido eso. extraordinaria explosión de ad1niración y de afecto y corresponde á ella, no sola– mente por medio de programas escogidlsimos, en los quo intercala composiciones por demas notables. de autores ch\sicos antiguos, con otras erizadas de lodo génc1·0 de dificultades, pero de más fá– cil comprensión, de compositores modernos, sino que también, prestándose voluntariamente á locar, <\ mnnera de tomabodt\, al– gunas de las piezas do toda. especie, que constituyen su inagotable repertorio. La producción, que podríamos llamar •dohonor• del sábado, fué un precioso concierto do Raff, compuesto d11 varios trozos do mú– SÍCl\ encantadora; de esn. música que, si no revela un genio como Beetboven, ni un esplritu tan osadamente innovi\dor cowo el de Wagner, reune lo. pum oseucia, el delicado perfume de Ja poesla. Jlrica, jamAs des<iteodidn. por los autores de fino seotimiento, hf\– bilmente combinados y robustecidos con la factura. moderna. El más interesante de dichos trozos, es sin dudo. el Aria, dicha, mate– rialmente cantada. por Snrasate, con una. espresión que coomue– ve y arrebata. La pieza culmicante rle n.ye1· fué el Co11cie1·to de Vienhiwsky, una preciosidad, para violln, sobre todo encomendada á un Sara– sa.te. Eu uno y en otro concierto lo demás tenia gencrnlmente menos importancia musical, pero no en cuanto i~ dificult.ades de ejecnción, que eran do todo género, y para otros muchos concertistas insupe– rables. Lo mismc anteayer que ayer, serla tarea dificil Ja de dar una idea de las repo1iclns ovaciones de que el público hizo objeto ASa– rnsate. llastará, sin emb11rgo, decir que lns tempestades do pal– mndt\S eran unánimes y siempre de larga durnción, repitiéndose á cada poso, ya paro. obligar al concrrtista á salir al proscenio, ya para recabar de él alguna pieza nueva que no figuraba en el programa, accediendo Sarasiue Aestns exigencias sin hacerse de rogar. El sel'ior Ibargureu se encargó de la dirección de la orquesta, dando así desea.uso al sclior Salvat, que á pesar de su calidad de empresario, se hizo ctirgo de ella el dia del primer concierto en obsequio ú su intimo nmigo, el se!ior Sarnsate. 1'erminado el concierto de anteanoche, el senor Sarasate fué obsequiado con una scrcnl\ln por hi Bando. municipal fronte AJo. fonda de las Cuatro Naciones. Al o.parecer el senor Sarasa.te en el balcón, fué saludado con bravos y palmo.das. El inmenso público que habia en la Rambla nplaudió á la Bandn municipal y pidió la repetición de algunas piezas.• Procedente de Lisbo11, los días 27 y 29 de Abril de 1896 17
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