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-243- Sus compaileros de viaje quedaron gl'atamente sorprendi– dos al obst:rva1· que ningún decaimiento se advertía en las fa– cultades del maestro eminentísimo, á pesal' del quebranto de fuerzas que la enfermedad, ya crónic~, venía produciendo en Don Pablo. Los comental'ios á e3ta segunda solemnidad musical, que apnrecieron en el mismo periódico antes citado, son los que á continuación transcribo; •Berta Marx es una pianista de primera fuerza. Su ejecución es siempre exacta, sentida, brillante; interpreta las obras con ca– riílo de artista y tiene para cada composición los acentos propios, el ritmo justo, In dicción serena y precisa. Se te aplaudió mucho en el concierto ele Saint-S1il!ns, obra briltnntfsima. del celebrado autor de S<tmsón y Dttlilit. En In F'a11tasla l11i11gara do Listz el en– tusiasmo del público fué inmenso, y la labor do la señora Marx Ooldschmidt premiada con aplausos prolonsados. El maestro Villa presentóse ayer tarde nnte el público de Zara.– goza com'> compositor. Su temperamento de artista le lleva A no 111alo~rnr en ocios et tiempo que sus faenas de director le dejan Ji. bro. Yen ese tiempo p1·oduce admirables composiciones de música cspníloln, de 11\S cuales es \rnenn muestra In Ra.psodia astiwiana 11yer ejecutada. TrAtll.Se de una obrn. de gran colorido é instru– menhicióu il'reprocho.ble; una acertadisima adaptación de ciertos ciintos populares del país de Villa., que produjo en el auditorio un efecto superior á toda pondernción. El público aplaudió con entu– siasmo al compositor inspiradlsimo y ni director excelente. El momento supremo del conrierto fué para el público la pre– scn tnción del gran Sarasate. Tocó et insisne violinista de esa ma– ncrn inimitnble que lo e!! peculiar, mostrando la plenitud de sus on'.:rgins espiritunles y 'fisicas, arrebatando con su ejecución ma– ravillosa. Su sll'adii;a1·it1s resulta unn. orquesta complota que se adapta prodigios:.imente á todos los ritmos y A todos los colores, al dulce como ni apasionado, al triste como ni alegre; :il brillante como al ¡Jia11isimo. Por el sentimiento con que interpreta, por la emoción que causti, pC>r la cleganciti con que ejecut:i, Samsate es ú11ico, no tiene, ni pue<le tener rival. Recientemente ovacionado en el Tro– cadero de Paris, y aplaudido ayer con entush1smoindescriptiblo en Zaragoza, la venida de Sarasate l.t nuestra capital ha constituido el número mi\s saliente de las fiestas del Centenario, número en el cunl franceses y espaíloles se han unido de nuevo para tributar nl egresio artista las merecidas alabanzas, los aplausos bien ganados en toda una vida consagr11.da con amor infinito á la más sublimo de las :irtes. 'l'odo cuanto dignmos será poco para pintar el entusiasmo que en la con~urrencia produjo l:i. interp1·etación que dió Sarasate A todos los tiempos de la Suite de Raff. En el Nocturno, tra.nscripcion del mismo Sarasa.te, lns 1111\nifestaciones de admiración y de ca· riílo fueron en c,·escendo. La RapsocUa do Villa, fné frenóticnmon– to aplau<lida, y ni fitml de la mism::1,, entre aplausos, \'ivas, palomas
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