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-185 - en d icha ciudad en los siguieotes términos: •Un público numeros!· simo acudió a l concierto Sari\sate-Marx. atraido de la fama del in– signe violinisrn,. La. cxpcc1ación no se engMió y el público genovés pudo apreciar ;ti c:élebre ai t is1a del ,-iolín y admirar con él úna pianista valentls:ma, la sel1orn B!:!rta ~farx Goldschmidt. El éxiro obren ido por 8arns;tte f'ué t•xir,1ordinario; extraordina– rio como merecía esre nrristit, qne puede jactarse de :.er boy dia ol primer violini~til del m1111do. Piira él no hny dificultades, su talen– to es maravilloso: su tétnita, insuperable, su interpretación es– pléndida B.ijo su arco el Yiolin habla, canra, gime, solloza, trina, dice todas las p:ih1bras inús dulces, expresa todas las ternezas y todns li1s emociones. El es ch\sic:o cuando inte1·preta !\ Mozurt y Bach, y apasionado cuando interpreta una grandiosa Suite de Schütt; y hi animación y Yida aparece extrater rena cuando inter– preta su música original, llena de alegría y ensuelio, como su país natal. Y siempre, en cada norn., se revela gran artista. Las ac:lamaciones del público fueron largas, intensas, entusias– tas; muchas fueron las obras que tuvo que repetir ; á veces como en el Noct1m10 de Chopío, que Sarasate dijo divinamen te (y cuya reducción á violín es obr:t suya), el aplauso no contenido, estalló duninte la ejecución é interrumpió al artista. Al fin del concier to, el público no se decidl1t á abtt1 donar el teatro, inmenso local en que habhi más de 5 OUO espect~tdores, y co11tinu1iba aplaudiendo y llamaba a l p roscen io, con vivas aelamaciones, á este artista verda– deramente exiraord inario, singular, que puede, sin exageración, . l lamarse el •Rev del violln. • Un éxito griindísímo mereció la señora Marx Goldschmidt, que se mostró pianis1a de gr•lll mérito, y que sin duda alguna es una de las mejores concenistas de nuestros dlas. Inter pretó páginas de Scbubert, de Listz, de Jlach, de Mozar t, de Mendelsshon con r•tra bravura, demostrando ser no solo pianista completa, sino intérpre– te finísima. En la Décima l'(tpsodia l!úngam de Listz obtuvo ufüt aclamación colosal : en el Estudio en forma de vals de Saint-Salíos (una página terriblemente dificil), mereció también entusiastas aplausos. E l cronist~• recuerda que el violln de Sarasate es un strndiya– r ins. E l famoso violinista posee dos, que son los dos más bellos que existen en el mundo. Y nadie es más digno de poseerlos que él. Ha sido tal el 1riunfo de la colosal pareja. en esta imborrable noche, que ban sido ofrecidos á Sarasa te contra.tos fabu losos para. cuantos conciertos quiera. dar en nuestra ciudad y en las grandes poblaciones de Italia.• Del mismo periódico genovés •Il Seculo XIX.• vol vemos á en– tresacar las líneas s iguientes, relativas al2. 0 concierto de esta série: •Una enorme co1 rHrrenciit. cuyo n úmero no baja.ria de 6.000 espectadores, M·ml?ó ny.. 1· a l seg:1111do concierto •Sarnsate-Marx .• Para nmb••S el tri1111fv fué i11111ens.1 y la ovación colosal. Sarasnle d ió u11<i m11~va pl'ac·ba de su immperable maestria, en el Anda.nte v l'w·i :ciones de la Sonota á K1·wtze1·, en su Fantasía sobre D. Juan de Moz11rt, en otrns dos obras de Chopin, en ur..o de los preludios de Bach y eu otras de sus inmor tales p roducciones.

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